Guardianes de la senectud

853

El ofrecer una preparación que ayude a entender y atender las múltiples necesidades de los adultos mayores debería de ser uno de los objetivos principales de las instituciones gubernamentales y médicas. No obstante, en Jalisco hay pocos organismos que se encargan de brindar una capacitación técnica a gericultistas.
Estudiar gericultura hoy en día resulta importante, pues de manera significativa ha aumentado el número de personas longevas. Según datos del Consejo Estatal de Población (COEPO), en el 2009 vivían aproximadamente 608 mil adultos mayores, lo que equivale al 8.6 por ciento del total de la población del estado y se calcula que para el 2020 la cifra aumentará a 17.03 por ciento.
Una de las contadas instituciones no gubernamentales que ofrece talleres, diplomados, y cursos básicos en gericultura es el Centro de formación para especialistas en atención a personas de la tercera edad “Madre Teresa de Calcuta”.
La Hermana Martha Josefina Arrea González, directora de la institución, aseguró que el objetivo es colaborar en un cambio de cultura para la vejez en la sociedad, a través de la capacitación de las personas que cuidan a los ancianos. “El centro comenzó labores hace diez años y desde entonces se dedica a formar personas que quieran por un lado aprender a envejecer, porque eso no lo dan las universidades y, por otro, saber cómo entender y atender al anciano.
”Se les enseña todo lo que aprende una técnica en enfermería, pero todo enfocado hacia el trato que se le da al anciano, ya que su cuidado es diferente al de otras personas y deben aprender cómo manejarlo”.
Algunas de las materias que se abordan en el curso básico son: Antropología, Rehabilitación, Biología, Atención de urgencias al anciano, Anatomía, Propedéutica en enfermería, Fisiología y Psicología, entre otras.
Una parte fundamental en la preparación de los especialistas son las prácticas. Con la finalidad de que conozcan distintas realidades sociales y puedan aplicar sus conocimientos en diversos escenarios, los estudiantes son enviados a instituciones como el Trinitario Sacerdotal, el asilo Cademus y el hospital psiquiatrico San Camilo.
Según la directora no existe un límte de edad para estudiar gericultura, pues los asistentes a los cursos tienen por lo regular de 20 años en adelante. Aseguró que ha habido casos donde los estudiantes tienen arriba de 50 años y además comentó que sólo el 10 por ciento de los alumnos son hombres.
Cuando los alumnos terminan su preparación pueden buscar trabajo en hospitales, asilos, estancias, o si lo prefieren pueden quedarse a trabajar dentro del centro de formación, ya que cuenta con una bolsa de trabajo de servicio.
La Hermana Martha Josefina señaló que “nuestra bolsa de trabajo se enfoca en la calidad del servicio que se presta, además de que los honorarios de nuestros gericultistas estan por debajo de los de una agencia de negocios”.
Los egresados que deciden quedarse en el centro de atención laboran dentro de la “Estancia de Día Plenitud de Vida” y reciben un sueldo de 750 pesos semanales. Pero no sólo trabajan en el albergue, pues en ocasiones también prestan sus servicios en la vivienda del adulto mayor.
El sueldo que reciben los gericultistas al trabajar en domicilios particulares varía dependiendo del tiempo que se le ocupe, las condiciones físicas y de salud del anciano, la calidad del servicio que presten y la lejanía del lugar de trabajo.
Para concluir, la Hermana comentó que es importante que la sociedad en general se preocupe más por los abuelitos e intenten comprenderlos, pues la senectud es una de las etapas más difíciles y por tal motivo tenemos que hacerla más grata.

Necesario un cambio de cultura
En el Congreso del Estado, diputados buscan crear el Instituto del Adulto Mayor en Jalisco para garantizar los derechos de estas personas. El Distrito Federal y el Estado de Hidalgo cuentan con dependencias de este tipo. Sin embargo, es en la capital del país donde solamente existe una Agencia Especializada para la Atención de Personas Adultas Mayores Víctimas de Violencia Familiar, de reciente creación.
La instauración de estas dependencias ofrece un cambio de cultura respecto a la vejez, pero también obliga a que se analice el funcionamiento de las instituciones que se supone deben de brindar apoyo a las personas longevas.
Elva Dolores Arias Merino, profesora investigadora del Departamento de salud pública, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud, comentó que la creación de la agencia ayudará a mejorar la vida del adulto mayor, pero su instauración no es sinonimo de innovación, pues desde hace años en Jalisco existen instituciones que se encargan de velar por el bienestar de los abuelitos.
“Si revisamos la Ley del Adulto Mayor en México, nos vamos a dar cuenta de que el DIF es el encargado de proteger a nuestros veteranos y para esto cuenta con oficinas especializadas, el problema es que no cuenta con la debida difusión”.
Aseguró que en lugar de una crear una agencia que resuelva el daño cuando ya está presente, es más factible desarrollar organismos que brinden alicientes a las personas que están en constante contacto con los abuelitos para que de esta forma se pueda evitar el maltrato.
Argumentó que se debe de prestar mucha atención a los factores que ponen en riesgo de negligencia a los venerables y aseguró que para erradicar el problema se necesita un cambio de valores y de cultura en la sociedad.

Artículo anteriorMara
Artículo siguienteTrabajan para quién