Gladys Siadous

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    Orgullo: en Paraguay no hay discriminación contra los indígenas. Tampoco los menospreciamos. Nos sentimos orgullosos de pertenecer a la raza guaraní y de hablar, cantar, escribir y hacer versos en ese idioma. No podemos ni queremos negar nuestras propias raíces.
    Entre indios: mis padres vivían en la Estancia Santa Clara, cuarta zona, en el Chaco paraguayo, la región menos poblada del país, por lo que a la hora de que mi madre tuvo los primeros dolores de parto, fue atendida por dos indígenas lenguas de aquella zona. Ahí, en 1948, mi madre me tuvo sentada en cuclillas, como nacían los indios de aquella región.
    A la capital: mi madre me inscribió en la escuela San Juan Bautista de las Misiones, de donde soy oriunda y donde vivía con mis padres. Más tarde mi padre, Guido Ayala Queirolo, militar de caballería, nos trasladó a la capital, Asunción, para comenzar mis estudios de secundaria.
    Formación: ingresé a la Escuela de Profesores 2 Juan R. Dalquist Nacional de Niñas y equiparé el bachillerato en el Liceo de Cervantes. Realicé estudios de lenguas en la Alianza Francesa y en el Centro Cultural Paraguayo Americano. Mis estudios universitarios los hice en la Facultad de Ciencias Económicas de Asunción y el profesorado de lengua guaraní en el Ateneo de Lengua y Cultura Guaraní.
    Viajes y matrimonio: obtuve una beca para estudiar idiomas en la Universidad de Toulouse, Francia, donde conocí a mi futuro esposo, Jacques Siadous, con quien procreé cuatro hijos: Angie, Roger y las mellizas Alice y Simonne. Por motivos de trabajo de mi esposo he viajado a varios continentes y viví en Francia, Colombia, Argentina, Brasil, Italia, Suiza, Congo Belga, Gabón (ífrica) y ahora México.
    Cultura en la sangre: fui una de las fundadoras de la Alianza Francesa de la Ciudad del Este y durante cinco años trabajé con mi gobierno para que la UNESCO reconociera el idioma guaraní como oficial. En 1994, la Secretaría de Educación paraguaya publicó mi libro Método de enseñanza visual del idioma guaraní.
    Arte popular: participé en el concurso “Mujer, arte y poesía”, en Ciudad del Este, con representantes de Brasil, Argentina y Bolivia, que conforman las fronteras de mi país. Representé al Alto Paraná en el IV y V Encuentro de escritores y poetas, realizados en Yguazú, Argentina, en 1996 y 1997.
    Escribo lo que siento: ese es un principio básico que hace al poeta. El poeta escribe lo que ve, lo que siente en las diferentes circunstancias y épocas. Mi primer libro de poemas, Romance con la vida, Tekove uborayhu (Editorial Panamá, 1997), escrito en español y en guaraní, narra situaciones personales y recuerdos familiares de donde nací y lo que viví. Ese libro es puro sentimiento. Ahora preparo uno de cuentos y otro que trata sobre mitos y leyendas guaraníes. Serán en español y guaraní.
    Versos: novia, madre y amante / ama de casa, poetisa / que transcurres tu diario trajinar, buscando los niños del colegio / o si llegaron a hora de la fiesta o si la comida está lista / papá está llegando a comer / ¡quiten las pinturas de la mesa! / esos papeles qué hacen allí…/ no manches mis trabajos / no interrumpas mi inspiración / ¿has hecho tus tareas?
    Indígena: prefiero ser indígena dueña de la tierra que piso y no creerme mucho por pretender ser española. Ellos sí que han arrebatado la tierra a sus dueños legítimos y han sido culpables de echar a perder este continente y toda su inmensa cultura. Así pienso. No ofendo a nadie, y si los ofendo, no me importa.

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