Gary Burton

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Gary Burton a sus 71 años es una leyenda del jazz, pero sobre todo de un instrumento de percusión tan familiar a las viejas marimbas creadas en México: el vibráfono. Este artefacto musical que se inventara en Estados Unidos en la década de los años veinte, y que desde siempre ligó su desarrollo al género de la síncopa, gracias a ejecutantes como Milt Jackson, Lionel Hampton y Dave Samuels.

Burton estuvo en Guadalajara, la semana pasada, para ofrecer un concierto acompañado de su cuarteto, por el cual han desfilado reputados músicos, dentro del Encuentro de Jazz Jalisco. Tónica Festival, en el que, pese a las fallas de sonido que molestaran a Burton o del no mucho aprecio que mostró el público, brindó como era de esperarse una talentosa y emocionada interpretación.

Burton ha tocado al lado de grandes como Stan Getz, Chick Corea, Pat Metheny, Herbie Hancock, e incluso el maestro del tango sinfónico, Astor Piazzolla.

Previo a esta entrevista, al presentarse ante los medios, Gary Burton fue abordado con la sobada preocupación de si hay una educación musical eficiente, y más que nada enfocada al jazz, que permita desarrollar los potenciales talentos y mantener vivo este género. Se limitó a hablar de lo que conoce, el caso de Estados Unidos, y no a especular sobre esta ciudad o México, como algunos quisieron.

“El sistema educativo musical en mi país está bien, pero antes estaba mejor. Ahora sólo alrededor del sesenta por ciento de las escuelas ofrecen música en general, sin embargo, los programas que ofertan jazz ha crecido. Cuando era joven sólo había dos universidades que lo daban, una en Texas y otra en Boston, pero hoy se encuentran miles de programas. Esto es mejor para el jazz de lo que solía ser, pero aún se puede hacer más para que esta música sea más universal”.

¿Cómo fue que descubriste tu relación con el vibráfono?
Yo me inicié en él cuando tenía seis años de edad, y como es de imaginarse yo no lo escogí, mis padres fueron los que lo hicieron, de hecho comencé con las marimbas, porque había una mujer que tocaba ambos en mi vecindario, y daba clases, y mis padres me llevaron con ella. Así que seguí tocando el vibráfono, más y más, y cuando descubrí el jazz, quizá tenía trece años. Entonces fue cuando tomé en serio la música, y el vibráfono se hizo mi instrumento.

¿Te enamoraste del vibráfono?
Bueno, simplemente estaba ahí, desde que lo recuerdo estuvo conmigo. De hecho, en algún momento me pregunté si debería tocar otra cosa, cuando tenía como dieciocho años. Pensé mucho en si debería tocar el piano o la trompeta, pero simplemente me di cuenta de que el vibráfono era lo mío, y lo he tocado toda la vida, es algo natural; una parte de mí.

¿El timbre que tiene el instrumento es especial al tocar jazz?
Principalmente se ha usado en jazz. No se le escucha normalmente en rock, música clásica o en otro género musical, pero si mucho en el jazz, y ahí se ve que queda perfecto.

¿El sonido del vibráfono crea una cierta atmósfera que otros instrumentos no?
Es un instrumento suave y melodioso. Diferentes instrumentos tienen diversos caracteres, como el de la trompeta que es metálico y fuerte, pero el sonido del vibráfono es cool, y es por eso que me siento tan cómodo en él.

¿Ahora te gustaría tocar otro instrumento?
Siempre he pensado que si naciera otra vez, y pudiera empezar una nueva vida, me gustaría tocar el violín o ser un cantante.

¿Crees que cantas con el vibráfono?
Sí. Eso es como una imagen de cómo me percibo tocando. Una imagen de mi voz. Pero la idea de cantar no es sólo ejecutar las notas, también se tienen las palabras, así se puede contar una historia, lo que lo hace muy poderoso y comunicativo. Así que cantar sería genial, pero desafortunadamente tengo una voz horrible.

¿Por qué el jazz?
Por la libertad de hacer nuestras propias melodías. Toda la música es satisfactoria al tocarla, pero con el jazz puedes ser más creativo, porque inventas e improvisas lo que tocas.

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