Gamaliel de Santiago

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    Chorros de sangre: de chuiquito, para que no saliera a la calle, me encerraban y me ponían a ver películas de gore, del Santo, de momias y zombis, pero si alguien tiene la culpa de que me guste tanto este género, es Tobe Hooper. Su obra maestra, Masacre en Texas, me despertó el morbo.
    La mejor escuela: por un lado, veía La hora marcada, de Televisa. Después supe que Guillermo del Toro y Alfonso Cuarón presentaron ahí algunos de sus cortos. Por otra parte, me encantaba la fiebre gore, el debate de las tripas para ver quién era más violento, directores como Peter Jackson o David Cronenberg, quienes en sus inicios hicieron mucho cine gore y estaban debatiendo en la escena para ver quién era más visceral. Sin embargo, mi mejor escuela fueron los making of de las películas, ya que en muchos explican cómo hacen los efectos y el maquillaje.
    Mapamundi: soy de Aguascalientes, así que vine a dar aquí por azares del destino. En 2001 hice el examen para el CUEC, en México, pero no entré. Allá conocí a varios estudiantes del Centro de arte audiovisual, quienes me recomendaron la escuela. Cuando regresé a Aguascalientes había una muestra de videos de esta institución; los vi, y me quedó claro que ahí deseaba estudiar. Me llamó la atención la calidad de los trabajos. Pensaba que estaban hechos en cine, pero cuando dijeron que solo eran ejercicios caseros en video, no tuve dudas en venir a Guadalajara.
    Mostrables: a la fecha tengo cuatro videos presentados en muestras y festivales. Subconsciente sawyer, que está relacionado con la muerte; 13 pulgadas; El cautiverio de Marcelo, que hace referencia a los viajes, y Precomorfosis, de tema erótico. Los cuatro fueron presentados en las diferentes muestras del Colectivo audiovisual independiente (Avi), en espacios como las salas Lux y Puerta 22. Precomorfosis también estuvo en el Festival audiovisual Chroma 2004.
    Precomorfosis: tuvo una producción más formal, pues conseguí algunos patrocinios, renté equipo de luces y lo grabé con una XL1S. En cuanto a su contenido, traté de concretar el deseo en algo aberrante, grotesco. A final de cuentas, en cualquier relación, siempre en la intimidad, habrá un momento grotesco, algo que concreté en el deseo del personaje.
    Tripas vomitadas: las historias que cuento parten de situaciones cotidianas, con personajes comunes, aunque de repente todo tiene un giro surrealista. Las calles de México están llenas de personajes con dicha característica. Me gusta robármelos, crearlos o transformarlos. Mi línea es el humor negro, con un poco de gore y surrealismo.
    Balas digitales: por fortuna nos tocó la era digital, de manera que podemos utilizar formatos más baratos. Lo que no inviertes en película de 16 o 35 milímetros, lo destinas a una buena producción digital. Incluso esto permite economizar tiempo y dinero en efectos especiales. Robert Rodríguez usa balas digitales en sus películas. Creo que deberíamos estar más abiertos a dicho género. No es necesario que solo aparezcan monstruitos o momias. Luis Buñuel cortó el ojo a una vaca para que pareciera el de una mujer, en El perro andaluz. Ahora, gracias a la tecnología, hasta creamos personajes. Es decir, tu historia no tiene límites.
    Toma 4: he tenido la oportunidad de trabajar dos veces en cine: una en la producción de los comerciales de la Red universitaria, de la UdeG, y otra en la película íngeles, flores y fuentes, en la parte que dirige Pancho Rodríguez. En esta producción, junto con otro compañero, hice el making of. Aunque la cinta fue realizada en digital, resultó ser una de las producciones más grandes en que he laborado.
    Para este año: me invitaron a participar en la muestra Queremos ver sangre, homenaje a la lucha libre que tendrá lugar en marzo. Para este evento preparo un corto. Otro proyecto consiste en hacer los efectos especiales para un corto acerca de unos chavos de la UdeG que ganaron una beca, y quienes me pidieron ayuda. Me gusta laborar en los efectos especiales, algo que hacía desde que estaba estudiando. De hecho, acabo de hacer algunos del cortometraje Lith Lith, de Nacho Ledezma. Aunque me interesa este rubro, mi objetivo principal consiste en escribir y realizar mis propias historias.

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