Frijol de calidad

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Los agricultores de Jalisco cuentan con nuevas variedades de frijol peruano más resistentes y con mejor rendimiento, gracias a la investigación que durante más de 12 años ha desarrollado un equipo de investigadores del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias.

El proyecto, encabezado por el doctor Rogelio Lépiz Ildefonso, se ha dedicado al estudio genético de estas semillas, generando líneas más puras que cumplan con los requerimientos del campo de Jalisco.

“Este año enviamos al Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas, dos variedades más de frijol peruano —el de mayor consumo en Jalisco—. Esperamos que en un mes estemos recibiendo la respuesta de aceptación”, informó Rogelio Lépiz.

La necesidad de investigar sobre nuevas variedades tuvo su origen principalmente en que la semilla utilizada comúnmente proviene de Sinaloa, la que cuenta con mejoras para aquella región, donde, a diferencia de Jalisco, la siembran en otoño y no en primavera, y donde el cultivo es de riego, mientras que en nuestro estado es de temporal.

Algunas regiones donde ya han sembrado las nuevas variedades, son Sur, Valles y Altos de Jalisco, así como en el municipio de Zapopan.

Con los logros obtenidos en dicho proyecto, comentó el investigador del CUCBA, buscan hacer frente a los problemas de déficit de frijol que enfrenta Jalisco, ya que actualmente el consumo promedio anual en el estado se sitúa en las 75 mil toneladas y de éstas son producidas apenas 14 mil.

Este déficit se generó durante las últimas cuatro décadas, en las que el total de hectáreas sembradas con frijol se redujo de 480 mil a sólo 15 mil, por lo que el estado tiene la necesidad de importar el frijol de otros estados.

Lépiz Ildefonso explicó que la principal causa de que se haya dejado de sembrar el grano, ha sido la tecnificación del campo, ya que anteriormente el frijol era sembrado a la par del maíz, como planta trepadora, lo que actualmente no es posible por el uso de máquinas para la cosecha, así como el empleo de herbicidas que matan todo, menos al maíz.

La investigación ha sido financiada con recursos de la Universidad de Guadalajara, el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecytjal), la Fundación Produce, la empresa de granos Verde Valle y el Sistema Nacional de Recursos Fitogenéticos (Sinarefi).

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