Descendiente de una familia de músicos, Filippa Giordano es una de las cantantes más populares del género crossover en todo el planeta. En Palermo, Italia, inició a temprana edad su encuentro con el arte, concretamente como bailarina de ballet, en la Academia Nacional de Roma. El paso definitivo para convertirse en intérprete de ópera ocurrió cuando encontró en las voces de Enrico Caruso y Anna Moffo su mayor inspiración. “La música no la puedo desconectar de mi propio ser, es parte de lo que soy, es mi sangre y me entrego a ella con toda sinceridad y autenticidad”.
Con más de doce años de trayectoria, Filippa Giordano toma como fundamento la unión entre ópera y pop. Algunos de sus discos más representativos son Passioni y Prima Donna, este último significó para ella la entrada directa al mercado musical de Latinoamérica. Con una mirada segura, la cantante, compositora y productora conversó con nosotros sobre su propuesta, su viaje profesional desde Europa y las disyuntivas entre el éxito y la fama que la envuelven. Además, charló sobre su reciente disco Con amor a México, del cual seguramente ofrecerá una muestra el próximo 14 de noviembre, en el Auditorio Telmex.
La crítica musical ortodoxa es rigurosa y mantiene desencuentros con el género del crossover, ¿cómo defiende usted su propuesta musical?
Soy pionera en Italia de este género e intento siempre desarrollarlo de una manera respetuosa, puesto que nací en una familia de cantantes de ópera. En realidad, los críticos ortodoxos se sorprendieron con este nuevo estilo. La mayoría fueron capaces de reconocer las ventajas que posee, ya que acerca al público, que antes distinguía a la ópera como una música sofisticada y lejana. Respeto la opinión de quienes son fieles a la tradición pura, no obstante considero que es fundamental comprender la esencia del crossover, su propuesta de fusión y libertad, y con ello, no perder de vista la importancia que tiene en la actualidad.
Cruzar parte de Europa y Asia, para más tarde llegar a Latinoamérica, ¿qué retos profesionales implicó?
Mi primer álbum logró éxito alrededor de casi todo el mundo, logró posicionarse y abrir las puertas para un género musical diferente, que mira tenazmente hacia el futuro. Creo que el principal reto fue mostrar evolución en mi trabajo. En 2003 actué por vez primera en México y encontré una maravillosa cultura. Desde que inicié el trayecto profesional me propuse crecer como cantante y compositora, así, en 2006 grabé mi primera canción en español y comenzó una fuerte relación con este idioma. Lo anterior contribuyó para que ocurriera una aproximación con la música mexicana; ahora, está a punto de editarse una grabación en directo, en formato acústico, lo que representa un nuevo ciclo.
En sus primeros encuentros con la música sólo intervino como intérprete. Ahora, ¿qué responsabilidad trae el estar dirigiendo sus producciones discográficas?
Dar el paso de intérprete a compositora y productora es una experiencia muy importante porque viajas con tu propia imaginación y creatividad. En este instante para mí no hay límites, esa es la parte que disfruto más. Hoy en día escribo mis propias vivencias y trato de llevarlas a un terreno mágico, hacia un espacio que vaya más allá de la realidad. Prima Donna es un álbum que efectué hace cuatro años, ese disco es un testimonio musical que aún me hace sentir orgullosa. Después, apareció Capricho, una grabación extravagante y dinámica enfocada hacia el pop. Este año todos mis esfuerzos están concentrados en el álbum Con amor a México, una producción que no incluye ópera, pero que posee canciones con estilo y elegancia.
¿Cómo afronta Filippa Giordano el éxito y la fama?
Son dos cosas diferentes. El éxito representa hacer lo que amas, en este caso para mí es cantar. La fama es sólo el resultado de algunas coincidencias o decisiones que ocurren para que la gente reconozca plenamente tus logros. Frente a la fama tienes que anteponer la serenidad y la felicidad, nunca denigrarte. Además, la fama puede ser un arma de doble filo, porque puede privarte de muchos momentos importantes en la vida.
