Federico Finchelstein

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Entre las reflexiones que produce el mito político en la historia, “la literatura nos da formas de entender un contexto”, y sirve, de acuerdo a lo expuesto por el académico argentino Federico Finchelstein, profesor asociado de historia en The New School for Social Research, como un complemento del mito y de la propia Historia, para comprender el pasado y el presente. Finchelstein es autor de los libros Los alemanes, el Holocausto y la culpa colectiva. El debate Goldhagen; La Argentina fascista. Los orígenes ideológicos de la dictadura; El canon del Holocausto; Fascismo, liturgia e imaginario. El mito del general Uriburu, y La Argentina nacionalista y fascismo trasatlántico, texto en el trata los análisis propios del fascismo, rastreando el punto de vista de autores como Sigmund Freud, Jorge Luis Borges u otros, quienes opinaron acerca de dicha doctrina. Ante estudiantes del CUCSH, Finchelstein impartió la conferencia “El mito político en la historia”.

La construcción de la historia por parte de la política, ¿no está fundamentada en un mito basado en la ficción?
El mito político es una narrativa del pasado o del presente, que no requiere de evidencia. Es un mito y en ese sentido se distingue de la historia, que tiene un estatus de verdad totalmente diferente. La historia necesita interpretar el pasado a través de los hechos de una base empírica. Entonces, lo que difieren son las interpretaciones sobre esos hechos.

¿Existe un neofascismo en América Latina, como el que parece resurgir en Europa?
Distingo dos formas del legado del fascismo: a través de partidos neofascistas, es decir, gente que se identifica con lo que hizo y pensaba el fascismo e intenta llevarlo a cabo políticamente en el presente, y esto no me parece que sea tan relevante en América Latina como en Europa; y la otra dimensión es cuáles son los legados de esta forma mítica de la política en la cultura del presente o en los valores de las sociedades con respecto a la política, y qué tipo de liderazgo esa política representa.

¿Existe algún legado del fascismo a doctrinas como el neoliberalismo?
El liberalismo y el fascismo son muy diferentes más allá de la valoración política. El fascismo propone la violencia como legitimación de la política. Otras ideologías comunistas o liberales van a la guerra, pero la guerra es presentada como una necesidad, mientras que en el fascismo la guerra es una fuente de poder. La guerra es un objetivo en sí mismo, no es un medio para lograr un fin, sino más bien es un fin en sí mismo. Aquí hablamos de concepciones distintas de la realidad.

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