De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo, del total de las personas que necesitan asistencia paliativa, solamente 14 por ciento la reciben, de ahí la importancia de contar con profesionales en esta área.
Uno de los aspectos que han incrementado esta necesidad es la inversión de la pirámide poblacional, lo que provoca que los recursos en temas de cuidados paliativos estén rebasados en los sistema de salud, expresó en rueda de prensa el investigador del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), y Coordinador del equipo hospitalario de Atención Paliativa y Dolor, Guillermo Aréchiga Ornelas.
“En un pabellón de medicina interna de 60 camas, de cualquier hospital, 40 por ciento son pacientes en fase terminal. El personal que está ahí hace el mejor esfuerzo, pero no está entrenado en cuidados paliativos, y eso es una urgente necesidad”, informó.
La medicina paliativa surge como una alternativa innovadora, cuyo objetivo principal es mejorar la calidad de vida del enfermo mediante la prevención y el alivio del sufrimiento a través de la temprana identificación, evaluación y tratamiento del dolor, y de otros problemas físicos y psicosociales.
Ante este panorama, a partir del ciclo escolar 2019-A, el CUCS creó la Especialidad en Enfermería en Cuidados Paliativos —con una duración de cuatro semestres—, con el objeto formar personal de enfermería capaz de otorgar el cuidado integral a personas con dolor y otros síntomas angustiantes; de reafirmar la vida y apoyar el proceso natural de la muerte digna, siendo el primer país latinoamericano en contar con esta especialidad.
La coordinadora de la especialidad, María Isabel Gómez Jiménez, dijo que la UdeG diseñó un plan de estudios en el que se especializara al gremio de la enfermería para dar respuesta a la necesidad de dichos profesionales, con un plan profesionalizante, escolarizado, tutorías y un programa de movilidad nacional e internacional.
