Fallas geológicas y de planeación

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Los temblores ocurridos en el municipio de Zapopan, desde diciembre del año pasado, han activado una falla geológica continental en la zona de Tesistán, al noroeste de Zapopan. De esa fecha hasta ahora se ha sucedido un enjambre de al menos 45 sismos de dos o tres grados de intensidad, afirma el investigador del Centro de Sismología y Vulcanología de Occidente (Sisvoc), Carlos Suárez Plascencia.

El de mayor fuerza ha sido el del pasado 11 de mayo, con 4.8 grados Richter, y que fue percibido en buena parte de la Zona Metropolitana de Guadalajara, incluso como si fuera de mayor magnitud.
El también jefe del Departamento de Geografía y Ordenación Territorial del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, explica que los movimientos telúricos están relacionados a una estructura geológica que atraviesa la ciudad hacia el Sur del estado.

“Lo que han provocado es una alineación norte-sur que va del cañón del río Santiago, pasando por la zona de Copala, Tesistán hacia La Primavera y termina en la zona de Villa Corona, eso nos está dibujando una estructura geológica que se está activando en la región”, dice.

Esta no es la primera ocasión en que se registran enjambres sísmicos en la Zona Metropolitana de Guadalajara. En los archivos históricos hay registro de al menos cuatro eventos de esta naturaleza, aproximadamente cada cien años. Por ello, según Suárez Plascencia, hay mucha probabilidad de que en las próximas semanas o meses continúen los sismos locales.

Explica que el Occidente del país, sobre todo la región centro de Jalisco, es atravesada por un gran número de fallas geológicas activas o inactivas. La principal de ellas es la localizada en la barranca del río Santiago, que ha generado sismos muy intensos con magnitud de hasta 7.8 grados. El último del que se tiene registro fue en 1875, que fue antecedido por varios tremores y generó graves daños.

“Una premisa en la geología es que si un evento sucedió en el pasado, se repetirá en el futuro. El problema en Jalisco es que tenemos dos fuentes sísmicas potenciales: una es la falla continental de la barranca, y una más está en la zona costera por la subducción de la Placa de Cocos”, afirma el investigador.

Suárez Plascencia recalca que aunque haya elementos similares a eventos en el pasado, “un sismo no se puede predecir”, aunque sea de carácter local. “Podemos decir que puede venir un sismo, pero no sabemos cuándo, ni cómo, ni qué magnitud tenga”.
 
Zonas de riesgo sísmico
Académicos del Sisvoc mantienen en expansión una red de estaciones para monitorear los sismos que ocurren en el estado, con los cuáles no sólo mantienen el registro e intensidad de eventos, lo que sirve de insumo para las investigaciones científicas, sino también para generar estrategias de prevención, tanto en materia de protección civil como en lo referente al desarrollo urbano.

“Tener estructuras activas, tener sismicidad activa y una ciudad en constante expansión, aglomerando ya a nueve municipios, implica que el riesgo sísmico de la ZMG se está incrementando de manera latente”, advierte el especialista, quien agrega que las edificaciones nuevas con diferente calidad en su construcción y la concentración de fraccionamientos altamente poblados, incrementa la vulnerabilidad social y física.

Suárez Plascencia insiste en la necesidad de que las autoridades municipales consideren los estudios científicos en los planes de desarrollo urbano a corto y mediano plazo, con la finalidad de no poner en riesgo a la población.

Menciona que tienen un proyecto con el ayuntamiento de Zapopan para crear una pequeña red de estaciones sísmicas en esa demarcación con la intención de conocer la magnitud de la estructura geológica recién activada, en la que ya existen planes para construir fraccionamientos.

“Es un corredor que está creciendo urbanísticamente de manera muy rápida. Esa zona debe ser estudiada de manera detallada, debe analizarse la actividad sísmica con más estaciones para establecer el curso exacto de la estructura”, dice Carlos Suárez Plascencia.

Advierte sobre la necesidad de replantear los planes de desarrollo urbanos en esa zona y que éstos sean revisados por técnicos especialistas en ciencias de la tierra y de planeación urbana.

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