Quiero referirme a la legitimidad de Juan Camilo Mouriño Terrazo, al ocupar el cargo de secretario de Gobernación (en sustitución de Francisco Ramírez Acuña), de quien es sabido adoptó la nacionalidad mexicana al cumplir los 18 años de edad, con base en su ascendencia mexicana, es decir, que sus abuelos, padres o alguno de ellos son mexicanos. También que tienen un gran poder económico en México y en España. Al respecto han publicado actas de nacimiento en diferentes periódicos.
El perredista Gerardo Fernández Noroña viajó a España para averiguar lo concerniente al asunto. Enrique Krauze, en su columna, dijo que hay xenofobia contra los extranjeros.
Parece que todo mundo toma sus posiciones en defensa de la patria o de lo que sea, cuando en realidad lo único que se observa es, como siempre, una lucha de intereses para defender lo indefendible, o dicho de otra forma, todo mundo aprovecha esa cuestión para “llevar agua a su molino”, pues basta con recordar que los políticos y los poderosos hacen lo que quieren en un México de leyes que se cumplen o no a criterio de la autoridad.
