Escuela para el campo

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Por cuarta vez, organizaciones rurales y la Unidad de Apoyo a las Comunidades Indígenas (UACI), de la Universidad de Guadalajara, realizarán la Escuela campesina, del 28 de febrero al 3 de marzo, en Quitupan, Jalisco. La meta es brindar asesoría, conocimientos y experiencias para mejorar la situación del campo local y nacional.
Mediante este proceso esperan instruir entre 60 y 70 campesinos, agricultores urbanos y representantes de grupos rurales de la Zona Metropolitana de Guadalajara, del sur y norte de Jalisco, así como de los estados de Guanajuato, Chiapas, Veracruz, Michoacán y Distrito Federal.
Una de las colaboradoras del proyecto de la UACI, la bióloga María del Rosario Anaya Corona, subrayó que este esfuerzo, similar al que ocurre en otras partes del país, es una respuesta de la sociedad rural ante la degradación de los recursos naturales, la pobreza, la marginación, los problemas legales de las tierras.
Dicho proyecto nació a principios de 2011, con la participación de campesinos, colectivos y la UACI. La idea es que personas dedicadas a esta tarea (grupos especializados, académicos y asesores) abran un proceso formativo mediante talleres y espacios de análisis.
Hasta el momento la Escuela campesina ha sido organizada en tres localidades: la primera en Tepec, Jalisco; la segunda en instalaciones del Instituto Mexicano de Desarrollo Comunitario (Imdec), en la ZMG, y la tercera en la comunidad ecológica Los Guayabos.
Algunas de las organizaciones que han apoyado este trabajo son la Red de Alternativas Sustentables Agropecuarias de Jalisco, el Centro de Investigación para las Tecnologías de la Vivienda, la Red de Agricultura Orgánica Urbano–Rural y Ecotecnias, el Imdec, así como la UACI y el Centro Universitario de la Costa Sur, de la UdeG.
Los temas que analizan en la escuela están relacionados con la agricultura orgánica, la construcción alternativa, la educación popular, la economía solidaria y la espiritualidad campesina, es decir, la cosmovisión y el vínculo entre la agricultura y la naturaleza.
Anaya Corona, responsable del área de producción sustentable y comercialización de la UACI, subrayó que cada vez más la sociedad civil y los campesinos buscan alternativas para que esta actividad sea más orgánica.
“Es una respuesta de las cuestiones de salud, de cultura, identidad, protección de la dinámica individual, colectiva y familiar. Tiene que ver con esta reconstrucción del tejido social”.

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