Esa búsqueda imperiosa del amor

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Tristán e Isolda son los protagonistas de una milenaria leyenda de amor imposible, de un amor tan apasionado y desmedido que termina en una tragedia o en un final feliz, según la versión que se cuente. Mas al dramaturgo Marco Antonio Parra no le importa el final de la historia, sino las desventuras del amor idílico, el daño de un sentimiento a la vez verdadero pero ilegítimo ante la sociedad (la historia está ambientada en la conservadora Irlanda de la Edad Media) de los que está empapada la leyenda original, por lo que, en su propia versión, lo que realmente importa es la pasión: ésa que puede llevar a un ser humano directo al precipicio.

La adaptación de Parra fue llevada al teatro por Luis Aguilar “El Mosco” el año pasado, y en la que los actores, Andrés David y Karina Hurtado, interpretan a una pareja que se reencuentra después de años de no verse. Ambos están casados y han formado por su cuenta una familia que, sin embargo, no ha podido borrar el amor desmedido que se tienen.

“Una vez que te encuentras con esta obra no puedes dejar de sentirte identificado: todos hemos amado, todos hemos sentido pasión, todos hemos sido traicionados o hemos traicionado, o nos han sido infieles o hemos sido infieles en algún momento”, dice Andrés David.

“Me interesó este texto para hablar de las relaciones amorosas, de cómo en muchas ocasiones en ellas nos volvemos autodestructivos o destructivos, cómo a veces nos metemos en relaciones codependientes, o tenemos esta necesidad casi natural de ser infieles o de estar en relaciones estables, y todo este montón de cosas que como sociedad imponemos en los sentimientos del individuo. Todos tenemos esa necesidad de amar, de estar con alguien más, pero en realidad casi nunca pareciera que somos asertivos a la hora de hacerlo. Nos llevamos entre las patas a mucha gente y a nosotros mismos en esta búsqueda imperiosa del amor o de la pasión”.

La obra se desarrolla con dos cuerpos desnudos en el barro. Este recurso implica un reto técnico que no se puede franquear en todos los teatros y que, debido a su inestable materia, representa una metáfora sobre el mismo amor representado en la historia, que no busca una solución o una forma y que, incluso, es distinto en cada función.

“En el texto de Marco Antonio no hay una moraleja, simplemente abre la idea de dos personajes que están apasionados y que no pueden evitar amarse. Mosco nunca buscó representar esto de la forma más simple, sino que inventó con el barro una metáfora de la pasión y del amor, y de infidelidad y sentimientos y sensaciones que traspasan los tiempos y las épocas. El barro busca recrear un sentido primitivo de estas historias que varían completamente según la versión que te encuentres. Finalmente no importa cuántos siglos pasen, seguimos siendo esos mismos seres, sin importar los avances de la ciencia y la tecnología. Amar es una de nuestras funciones más internas, más orgánicas”.

Tristán e Isolda, organizada por la coordinación de Artes Escénicas y Literatura de Cultura UdeG, está a punto de comenzar una nueva temporada corta en el Teatro Experimental de Jalisco, durante los próximos jueves de febrero y uno de marzo.

Además, cuando esta temporada termine, la obra viajará a Colombia para representar a Jalisco en el Festival de Teatro de Bogotá, uno de los más importantes a nivel internacional y que en esta edición número quince tendrá a México como país invitado.

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