En las últimas dos administraciones, el cabildo de Tlajomulco aprobó la construcción de al menos 107 nuevos fraccionamientos, más otros cuatro que ya cuentan con aval del presidente municipal.
La expansión citadina ha propiciado un mayor deterioro ambiental y el cambio de uso de suelo en diversos puntos de esta demarcación. Inundaciones, hundimientos y deslaves son frecuentes en colonias como Las pintas, Del Valle, Santa Anita, Unión del cuatro y Toluquilla.
El interés de las autoridades por dotar de mayor infraestructura a ese municipio impacta de manera negativa en el ambiente y la calidad de vida de sus pobladores, quienes están en riesgo constante.
Contaminación en la laguna de Cajititlán
El macrolibramiento que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes pretende construir este año, y que uniría la autopista de cuota de Zapotlanejo con la parte sur de Tlajomulco, agudizaría las condiciones de las colonias cercanas a la laguna de Cajititlán, afirmó el investigador del Departamento de Geografía, de la UdeG, Luis Valdivia Ornelas.
Esta nueva vialidad, que de acuerdo con el proyecto pasaría cerca de la laguna, aumentará la urbanización y generará mayor contaminación del agua, pérdida de la cubierta vegetal, disminución de áreas agrícolas, mayor necesidad del vital líquido para abastecer a los habitantes y más perforación de pozos.
En palabras de Valdivia Ornelas, el punto de mayor gravedad radica en la cuenca de Cajititlán, por ser de carácter endorreica, es decir, carece de “salidas” hacia el río Santiago o a San Isidro Mazatepec, de manera que los desechos urbanos quedarán estancados en la laguna.
Con las posibles nuevas urbanizaciones “habrá mayor necesidad de recursos naturales, en particular de agua, así como un incremento en el manejo de desechos urbanos. Muchos canales, que por tradición han sido utilizados para la agricultura, ahora sirven para descargar aguas negras. Esto propicia contaminación de parcelas, cuyos remanentes van a dar al vaso lacustre”.
El académico, quien encabeza un grupo de trabajo que elabora el mapa de riesgo de esta localidad, considera que los efectos de las urbanizaciones masivas están apareciendo en los fraccionamientos de interés social y campestres, mismos que en los últimos cinco años fueron construidos a lo largo de la carretera Tlajomulco-Cajitilán.
El macrolibramiento agravaría la situación, ya que ésta es un área con enorme concentración de agua, aspecto que generará inundaciones y polución “a corto plazo, quizá en dos años”.
Pese al riesgo latente en que viven miles de personas, el ayuntamiento no ha previsto las posibles consecuencias derivadas del aumento de casas habitación de los últimos cinco años. Ni siquiera ha pedido asesoría a especialistas para conocer la situación geográfica y ambiental del lugar.
De agrícola a urbana
Las colonias Toluquilla y Las pintas, consideradas entre las más susceptibles de sufrir inundaciones en Tlajomulco, pasaron de ser áreas agrícolas a zonas urbanas, aseveró Valdivia Ornelas.
“Hubo una modificación drástica en las condiciones hidráulicas del valle de Toluquilla. Cuando construyeron los espacios habitacionales, las autoridades debieron adaptar dichas condiciones a las características urbanas, algo que no han hecho”.
El canal de Las pintas, que era una tubería abastecedora de agua, ahora sirve para recolectar lluvia y aguas negras, tarea para la que no fue diseñado, pues el ritmo de descenso es suave, de manera que no puede conducir grandes volúmenes de líquido. Por esto, cuando llueve mucho, el canal se desborda.
Incluso existen urbanizaciones con elevadas concentraciones de población, sobre todo de bajos recursos económicos, en los márgenes del canal, circunstancia que modifica la dinámica natural y aumenta el nivel de daños que pueda provocar una inundación.
“También están urbanizando áreas donde antes había agua. En dichos lugares rellenan con basura para construir, situación que propicia anegaciones y hundimientos”.
Estos ocurren porque las autoridades no realizaron estudios del suelo, mismo que es bastante deformable por la presencia de arcillas contráctiles o dilatables con el agua.
Si a lo anterior agregamos que las viviendas son de mala calidad, obtenemos como resultado una zona bastante susceptible a fracturas.
