En homenaje perpetuo a Carlos Fuentes

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La Librería Carlos Fuentes de la Universidad de Guadalajara fue inaugurada el pasado jueves en el corazón del Centro Cultural Universitario, donde ofrecerá hasta ciento veinte mil ejemplares de libros en quince áreas del conocimiento y disciplinas, además de un sinfín de actividades de promoción de la lectura.

El Rector General de la Universidad de Guadalajara, Miguel Ángel Navarro Navarro, afirmó que este espacio lleva el nombre del escritor mexicano, autor de una vasta obra, con la intención de hacerle un homenaje permanente.

“Para nuestra Casa de Estudio  esta es una forma más de rendir tributo a uno de los grandes literatos de nuestro país, además de mantener vigente su memoria y de reconocer su notable generosidad. Hoy, con la apertura de la Librería Carlos Fuentes, iniciamos un homenaje perpetuo que se extiende en cada uno de los volúmenes que se exhiban, se lean, se comercien y circulen en este establecimiento, en cada actividad que se realice, que evidentemente promoverla la lectura, la cultura, el arte y la ciencia y por sobre todas las cosas, el libro”, afirmó.

Recordó que Fuentes tuvo una intensa relación con la Universidad al donar recursos, junto con el colombiano Gabriel García Márquez, para la creación de la Cátedra Latinoamericana Julio Cortázar, además de ser un amigo de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) a la que asistió de manera continua hasta su muerte, en 2012.

Añadió que la librería es un espacio único en el país “por sus funciones, concepto, diseño y por la riqueza y variedad de su contenido editorial. Por su ubicación y sus dimensiones será el lugar idóneo para realizar talleres, conferencias, sesiones de narrativa oral y actividades de animación de la lectura y de provocación de la creatividad y la imaginación”.

El presidente de la FIL y del Consejo Consultivo de Cultura de la Universidad, Raúl Padilla López, detalló que la librería pretende ser un espacio activo y dinámico, y cuenta con dos mil seiscientos metros cuadrados en los que actualmente son exhibidos sesenta mil títulos, aunque en breve esta cifra se duplicará, para ofrecer ejemplares provenientes de trecientas noventa editoriales de doce países.

Afirmó que el acervo que compone la obra de Fuentes tendrá un espacio especial en el lugar enclavado dentro de la Biblioteca Pública del Estado Juan José Arreola.

En las instalaciones, que tuvieron una inversión de diecisiete millones de pesos en equipamiento, se cuenta con un escenario central que simula un árbol y podrá adaptarse para diversas actividades con proyecciones multimedia, diez salas de lectura, dos salones, dos cafeterías y una galería para exposiciones temporales.

Recordó que Fuentes fue un impulsor del libro, de la lengua castellana y defendió la visión de hacer de la actividad cultural una forma efectiva y sostenible de desarrollo para México y los mexicanos.

“La figura de Carlos Fuentes es referencia ineludible de la mexicanidad y de su relación compleja e indisoluble con la realidad y circunstancia cultural latinoamericana y sus literaturas. En gran medida el Boom de la literatura latinoamericana en México inicia con su novela La región más transparente. Por todo ello, por lo que significa su obra y por la proyección inmensa que es y será Fuentes para sus herederos intelectuales y los lectores hispanohablantes, le rendimos un merecido tributo inaugurando esta librería que lleva su nombre para conmemorar y mantener vivo su legado”.

La viuda de Carlos Fuentes, Silvia Lemus, recordó que en pocos lugares como en una librería el escritor fue dichoso y se demoraba entre las mesas y los estantes, caminando, buscando las novedades y llenaba siempre una bolsa con los libros que compraba.

“Donde esté Carlos ahora estará feliz de estar en la librería, que muchos llamamos el Paraíso”, gracias a la iniciativa de la Universidad que busca “celebrar a Fuentes”, expresó.

Además de los libros comerciales la librería hará énfasis en las producciones editoriales universitarias con la intención de complementar y enriquecer la oferta.

Fuentes, “conversador”, analítico y amante de la literatura

El escritor Carlos Fuentes era un hombre analítico, disciplinado, al que le gustaba charlar y que odiaba perder el tiempo. Así lo recordó su amigo, el analista Federico Reyes Heroles, en una charla que abrió las actividades culturales en la Librería Carlos Fuentes, de la Universidad de Guadalajara.

La charla, realizada en uno de los salones del recinto, se convirtió en un anecdotario de la vida del autor de las novelas Aura y La región más transparente, en la que exploró algunas de sus facetas cuyo común denominador era el amor por la literatura y el arte.

Reyes Heroles obvió la vida pública de Fuentes, “uno de los narradores más celebrados del Boom latinoamericano, un conferencista excepcional”, y se enfocó en los aspectos más íntimos y obsesivos del autor, que lograron que su obra trascendiera.

Describió a Fuentes como un “buen conversador”, que gustaba de tener una vida social que repartía entre obras de teatro y ópera, así como reuniones o cenas con intelectuales o políticos con quienes gustaba charlar de los temas que le interesaban y que después retomaba en sus ensayos, cuentos y novelas.

Esas reuniones, de las que se despedía temprano para no desvelarse y poder escribir desde temprano al siguiente día, eran un puente para conocer la obra de los nuevos escritores latinoamericanos a quienes leía después, comentó Reyes Heroles.

“Tenía un propósito en todo lo que hacía desde la mañana hasta la tarde. Era, en algún sentido, una antena del mundo porque, además, viajó de forma permanente”, recordó.

Destacó que era amigo del expresidente francés François Mitterrand y dialogaba de tú a tú con muchos políticos europeos, charlas que lo enriquecieron tanto personal como intelectualmente, para formarse una visión distinta sobre hacia dónde podrían caminar los países latinoamericanos.

Reveló, además, que era un escritor “muy cuidadoso”, que sin falta escribía todos los días en dos turnos: el primero, de siete a once de la mañana, y luego por la tarde, sin faltar el té con galletas que solía tomar a las cinco, muy apegado a las costumbres de Londres, ciudad donde vivió muchos años.

Reyes Heroles resaltó que mucho antes de la globalización y del fácil acceso a los medios de comunicación de otros países, Fuentes leía periódicos y revistas extranjeros. “Devoraba todo lo que se encontraba a su paso, era parte de su disciplina”, dijo.

Afirmó que su muerte en 2012 lo tomó por sorpresa, y se dio cuenta de que la compañía de su amigo le hacía más falta de lo que imaginaba.

“Daba por sentada su presencia aunque no estuviera en México, sabía que después regresaría y llamaría para dar lata y pedir estadísticas, que tanto le interesaban. Fue una persona insustituible por su cultura, su energía; era un tipo muy vital por su apertura y por su generosidad”, reveló Reyes Heroles.

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