En busca del barro perdido

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    La construcción de nuevos fraccionamientos en Tonalá disminuye el número de yacimientos que dotan de materia prima a los artesanos, por lo que se tiene que extraer de lugares cada vez más alejados, poniendo en peligro la producción de algunas artesanías, afirmó José Isabel Pajarito Fajardo, quien impartió la conferencia “Voces atrapadas en la memoria del barro”, que organizó la maestría en Historia de México, en la Sala Fernando Pozos Ponce, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), sede Belenes.

    “Las autoridades no hacen nada para proteger los yacimientos de barro, sólo hacen caso a las grandes empresas que están fincando, y la materia prima se queda debajo de las construcciones”, explicó el artesano Pajarito Fajardo.

    José Isabel Pajarito pertenece a una familia de artesanos que por cinco generaciones ha producido piezas con la técnica de barro canelo, de hecho fue bautizada así hace 50 años por su padre Nicasio Pajarito González, antes la conocían como “barro amarillo” y después “barro de olor”.

    Añadió que los artesanos de El Rosario, especializados en barro canelo, enfrentan también dificultades para obtener algunos pigmentos de la tierra que sirven para la decoración de las piezas que fabrican, por lo que atraviesan una situación difícil.

    Aclaró que sí hay barro aquí en México, pero para obtenerlo muchos artesanos tonaltecas suelen ir a buscarlo cada vez más lejos y tardan más en prepararlo y combinarlo para hacer las piezas, ya que es barro nuevo que no conocen. “Mi pueblo El Rosario era la mera mata de ese material y surtía a artesanos de Tonalá (la cabecera del municipio) y en Coyula también había mucho, pero las edificaciones lo obligan a uno a ir a buscarlo a otro lado”, cuenta Pajarito Fajardo.

    Clientes incomprensivos y jóvenes decepcionados
    Otros problemas que enfrentan en Tonalá son la incomprensión de los clientes, quienes quieren pagar menos por el precio de cada pieza, y hay artesanos que aunque no les sugieren una rebaja, ellos mismos lo hacen. “Les preguntan: ¿A cómo la pieza? Y contestan: 200 pesos, pero denme 180, porque necesitan dinero para las tortillas, muchos temen que el cliente los brinque y compre a otro artesano”.

    Un obstáculo que enfrentan y que no les permite producir en grandes volúmenes es la falta de recursos. “Si los tuviéramos podríamos hacer obras más elaboradas, con mayor creatividad y calidad”, añadió el artesano Ángel Santos.
    Santos produce artesanías de barro bruñido, que se caracterizan por la exuberancia en su decoración; él fue acreedor al Premio Nacional de la Cerámica en 2014, el galardón presidencial a la mejor obra concursante.

    Destacó que el número de artesanos que trabajan con la técnica de barro bruñido ha disminuido. Mientras en los años 70 había cientos de ellos en la cabecera de Tonalá, actualmente hay alrededor de 100.

    Uno de los motivos que ocasiona la disminución en el número de artesanos que trabajan diferentes técnicas es la resistencia de muchos jóvenes para dedicarse a la misma actividad que sus padres, algunos prefieren desempeñar otro tipo de trabajos y otros estudian una carrera que no está relacionada con la producción alfarera. Como consecuencia en quince o veinte años muchas técnicas como el barro canela, bandera (en colores verde, blanco y rojo) y el betus (caracterizadas por un embetunado que les da brillo) podrían estar en riesgo de desaparecer, agregó José Luis García Soriano, coordinador de la licenciatura en Diseño de Artesanía, del Centro Universitario de Tonalá (CUTonalá).

    Para evitar ese panorama el gobierno tiene que apoyar en la preservación de  los conocimientos sobre la elaboración de las artesanías. Uno de los esfuerzos en ese sentido es el realizado por el Instituto de la Artesanía Jalisciense en torno a la captura, difusión y documentación de las artesanías, pero ese tipo de acciones tienen que continuar y ser fortalecidas.

    En cuanto a los esfuerzos realizados por las instituciones educativas, destaca la Universidad de Guadalajara y su creación de la licenciatura en Diseño de Artesanías, para que los jóvenes conozcan diferentes técnicas ancestrales y que en un futuro puedan darles continuidad.

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