En busca de cómo eliminar el virus

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Ante los retos que enfrentan los médicos para el control y erradicación del virus que provoca el Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida (SIDA) y dar una mejor calidad de vida a sus pacientes, el Centro Universitario de Ciencias de la Salud abrió el Instituto de Investigaciones en Inmunodeficiencias y VIH, ubicado en el Hospital Civil Fray Antonio Alcalde.

El instituto consta de un área de microbiología para hacer detección de enfermedades como tuberculosis, resistente a tratamiento. Está equipada con incubadoras, microscopios y campanas de flujo laminar; el área de inmunología, que tiene refrigeradores con capacidad para ultracongelar, lo que permite la estabilización de los ácidos ribonucleico (RNA) y desoxirribonucleico (ADN) del VIH; la zona de cultivos celulares para experimentos in vitro, y otra de biología molecular para medir material genético y de diagnóstico, informó Luz Alicia González Hernández, encargada del instituto.

Éste tiene ocho investigadores que desarrollan nueve líneas de trabajo. Cuatro de las principales son: 1. Disminuir la inflamación y prueba de fármacos para eliminar el virus; 2. Líneas de señalización; 3. Sobre microbiota y 4. Infecciones oportunistas.

El sida es controlable, no constituye una enfermedad mortal si el paciente es diagnosticado y tratado a tiempo. Los medicamentos controlan el virus en la sangre, pero éste sigue viviendo en los llamados reservorios o santuarios del organismo donde los fármacos no son efectivos, como testículos, bazo e hígado. Científicos del instituto están enfocados a dar seguimiento a la prueba de nuevos fármacos para erradicar el virus VIH en esas partes.

El virus al no ser eliminado del cuerpo ocasiona que el enfermo tenga un estado de inflamación crónica, que incrementa el riesgo de cáncer e infartos agudos al miocardio, de ahí la búsqueda de estrategias para disminuir la inflamación.

La investigadora explicó que los investigadores tratan de generar estímulos que activen la señalización de las células de las partes del organismo en las que el virus está latente para poder atacar al VIH en esos reservorios, de manera que un medicamento dé con esa célula infectada y logre matar al virus.

Agregó que el VIH queda integrado a las células de los reservorios, por lo que cuando el paciente deja de tomar medicamentos por algún motivo, esas células se activan y vuelven a procrear virus.

En cuanto a los estudios enfocados a la microbiota, están centrados en las bacterias del intestino necesarias para el metabolismo de vitaminas, proteínas y carbohidratos.

Vivir con VIH modifica esta microbiota o bacterias, y esto puede generar problemas metabólicos y de absorción de nutrientes. Lo que sucede es que el enfermo elimina las células benéficas y se queda con las nocivas, que suelen introducirse al torrente sanguíneo.

“Hemos hecho algunos estudios utilizando simbióticos, lo que significa utilizar un prebiótico —una bacteria benéfica, por ejemplo el lactobacillus— y un probiótico —que es el alimento de esa bacteria— para mejorar la microbiota intestinal y el estado inmunológico del paciente”.

En la línea de investigación de las infecciones oportunistas, como virus de hepatitis B y C y tuberculosis, los científicos estudian la respuesta del organismo con VIH cuando se infecta con otros patógenos.

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