Empatía clave para resolver la violencia

587

“¿Por qué la gente no sale a caminar y no socializa? Porque tiene miedo. Entonces, eso impacta en el bienestar social y favorece al desarrollo de la violencia”, afirmó Norma Alicia Ruvalcaba Romero, jefa del Departamento de Clínicas de Salud Mental, del CUCS.

De acuerdo con el Informe Mundial de la Felicidad (encuesta elaborada por instancias de la ONU), en los últimos años México ha caído del lugar 14 al sitio 25.

La disminución del bienestar social tiene como una de sus causas el rompimiento del tejido social. Antes, por ejemplo, había mayor interacción, sabíamos con quién apoyarnos en la familia, los vecinos y otros núcleos. En cambio, la violencia genera aislamiento, explicó la académica.

Comentó que las conductas violentas tienen que ver con el desarrollo del individuo, pero también con aspectos sociales.

En la actualidad hay muchos estresores que obstaculizan el desarrollo positivo, tales como los entornos hostiles, los que derivan en relaciones interpersonales caracterizadas por la violencia en espiral. Por ejemplo, en los niños, si uno es violentado, es más probable que violente a un mayor número de pequeños.

“Necesitamos dar a los niños un entorno emocional seguro, confiable, estable, en el que pueda tomar decisiones, en el que conozca sus emociones y sepa qué hacer con ellas, porque no es malo enojarse o tener miedo”.

Ruvalcaba Romero aseveró que de acuerdo con un estudio realizado en el CUCS, los niños que reciben mensajes que aprueban la violencia: “si te retan, pega primero”, “si te pegan, responde más fuerte”, tienen más riesgos de ser violentos y violentados.

“Si apostamos por los factores protectores, en este caso la variable que consideramos fue prosocialidad, esta capacidad del individuo de hacer algo por los demás, está muy relacionada a los mensajes de los padres para la solución pacífica de los conflictos, de dialogar y eso abona a un clima escolar positivo”.

Ante esto, la estudiosa enfatizó que la clave para resolver las conductas violentas es la empatía. En la medida que la promovamos o adiestremos, se logra poner a los niños en los zapatos del otro.

“En una escuela donde estuvimos interviniendo, nos encontramos una situación emergente, donde una de las niñas de manera espontánea levanta la mano y dice: “a mí me duele lo que me dicen”, y espontáneamente los niños que la agredían empiezan a disculparse”, comentó.

Artículo anteriorDictamen definitivo Programa de Estimulos Económicos a Estudiantes Sobresalientes. Becarios deportistas y becados en deporte de alto rendimiento
Artículo siguienteConvocatoria Programa para obtener la definitividad