El viento que regresa

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    La permanencia de una publicación, invariablemente, obedece a la resistencia de quienes la editan. Es una forma de sobrevivencia activa que involucra al cuerpo y al espíritu. La vida de una revista, en tiempos hostiles como los que cruzamos, exige una actitud. La actitud siempre apunta hacia algo, y es una acción que logra convertirse en pensamiento; también es un estado de ánimo que media entre la persona y su visión de las cosas ante el ambiente social imperante.
    La revista Papalotzi, que dirige Berónica Palacios, ha llegado en 2012, a sus primeros ocho años y a un número doble (25/26), con un contenido por demás fundamental: la ocupación de sus páginas son poemas escritos por autores de lenguas indígenas de todo el continente.
    Ya el simple hecho de llegar a una edad considerable, es singular, pero lo es doblemente porque la editora y su consejo decidieron dar voz a los poetas sobrevivientes del holocausto colonizador español. Hoy, cuando se anuncia que en este siglo podrían desaparecer algunas lenguas naturales del mundo, es esencial darles espacios en todas partes. En Papalotzi, por fortuna, han tomado vuelo en su lengua materna y en castellano, como si se tratara de un viento que regresa.
    Este bien logrado número doble de Papalotzi es una edición de aniversario, correspondiente a los meses de septiembre a noviembre de 2012, que ya se puede localizar en las librerías de Guadalajara.

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