El trabajo comunitario

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    La escasa información y la situación por la que pasaban algunos niños a su alrededor, sembraron en José Luis Adriano Sánchez la inquietud por promover los derechos de los infantes en su natal Tamazula de Gordiano, en 2007, con un proyecto de difusión en forma conjunta con el Sistema para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de su municipio.

    A seis años de distancia de haber iniciado esa labor, el estudiante de la licenciatura en periodismo, del Centro Universitario del Sur (CUSur), recordó cómo parte de la población de la región sur del estado desconocía este tema.

    “No se trabajaba mucho con la cuestión de los derechos de los niños en Tamazula. Cuando comencé a dar platicas a veces ni los maestros sabían del tema. A mí me daba mucho gusto contribuir en dar a conocer algo que no estaba tan difundido. Posteriormente me trasladé a Ciudad Guzmán, para ingresar a la Universidad y como no quería que se perdiera el trabajo que había hecho, fundé una red de difusores con niños de mi pueblo: Vistahermosa, para que continuaran, junto con el apoyo de mi hermana”.

    Destacó que su trabajo sentó un precedente, ya que tan sólo en el primer año visitó todas las escuelas del pueblo y atendieron a 750 niños y en los años siguientes otros capacitadores difundieron la información.

    “Las personas y padres de familia no estaban enterados. Creo que colaboré a que voltearan la mirada a este aspecto que estaba un poco olvidado, y ya el DIF y el ayuntamiento han tomado acciones encaminadas a la difusión de este tema”.

    Esta labor le hizo acreedor en 2008, al Premio nacional de la juventud, en la categoría de méritos cívicos, y un año más tarde al Premio estatal de la juventud. Además de que uno de sus textos sobre esta materia fue publicado en el libro 32 superhéroes mexicanos, proyecto editorial de Nueva Especie y Latiendo por México, A. C., apoyado por el Instituto Mexicano de la Juventud, que recupera 32 proyectos para cambiar a México: uno por cada entidad de la república.

    “La participación en el libro fue a raíz del Premio nacional de la juventud. Me comentaron que seleccionaron historias de 32 estados y mi historia les llamó la atención. Me sentí honrado de que me escogieran a mí, de un pueblo apartado, ya que se iba a destacar el trabajo hecho en un municipio. Fue en 2012 cuando concluyó el proyecto. Lo hice porque estaba preocupado porque los niños, mis amigos, pasaban por situaciones de violencia o maltrato y me surgió la inquietud de participar en la solución del problema”.

    Ya en Ciudad Guzmán, José Luis Adriano encontró otra manera de ayudar a la sociedad y sus labores se encaminaron a enseñar a leer y a escribir a los adultos.
    “Me involucre en otras actividades y comencé a trabajar en la educación de los adultos y ahí duré varios años. Ahora las actividades escolaresme han mantenido un poco alejado de estos temas”.

    A un año de terminar la licenciatura y con 20 años de edad, tiene la mira puesta en el periodismo social, que considera una herramienta para conocer el trabajo de organizaciones civiles y dar voz a las personas que trabajan para mejorar la sociedad.

    “Quisiera desempeñarme en esa área. Me gustaría trabajar en la UNESCO, en el área de comunicación. Cuando tenga una maestría, retomaré esto de los derechos humanos, en que hay un largo camino por recorrer. Pienso que si mi trabajo no sirve para ayudar a alguien más, no sirve, porque creo que no tiene caso desenvolverse en un trabajo si no contribuyes a que tu sociedad sea mejor”.

    A partir de estos logros, Adriano Sánchez participó también en la Cumbre Iberoamericana de Jóvenes Líderes y en el Foro de Expertos en Juventud: Construyendo la agenda 2012-2032, realizada en noviembre del año pasado en Quintana Roo y Querétaro, respectivamente.

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