Supe, por las noticias, que será obligatorio cursar la preparatoria. Esto me hizo recordar los buenos tiempos que pase ahí, al conocer a grandes amigos, pero también a ejemplares docentes que me guiaron a adentrarme en materias como la literatura, la química y perder el miedo a las matemáticas.
Considero que es un buen acierto, porque los jóvenes tendrían más armas para la vida e incluso más interés por una licenciatura. De manera que puede evitarse la deserción.
Se habla mucho de la calidad de la docencia, pero es una responsabilidad compartida entre los estudiantes y los profesores, porque los tiempos de enseñanza aprendizaje han cambiado, y si no hay adaptación, no podrá haber jóvenes con pensamiento crítico y emprendedores.
