Perú es el país invitado de honor de la Feria Internacional del Libro (FIL) 2005, y según José Reyes González, docente de la licenciatura en letras hispánicas del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, la literatura del país andino es una de las más importantes y antiguas en Latinoamérica, por el apego a sus raíces, pero es también más desconocida entre los tapatíos.
¿Falta oferta de textos peruanos en las librerías de Guadalajara o ausencia de demanda por los lectores?
Datos proporcionados por la librería Gandhi indican que en su catálogo no figuran escritores peruanos contemporáneos. La demanda, incluso de los más renombrados, como César Vallejo o Mario Vargas Llosa, es escasa, lo cual aminora la expectativa de incluir autores menos conocidos en su lista.
Carlos Sepúlveda, gerente de ventas del Fondo de Cultura Económica, señaló que la demanda de obras peruanas en esa librería, si bien no abunda –en comparación con la literatura argentina o mexicana–, sí está al nivel de la chilena o colombiana, y por encima de la brasileña.
En la Biblioteca iberoamericana Octavio Paz, de acuerdo con el encargado de sala, Carlos Villegas, existen actualmente 503 títulos bajo la clasificación de Perú (solo en literatura), por lo que representa una de las secciones menos saturadas.
Así pues, en los tres casos anteriores estiman que para noviembre, motivados por la XIX edición de la FIL en Guadalajara, enriquecerán su catálogo con nuevos títulos peruanos, a fin de darlos a conocer.
Este año la Biblioteca Iberoamericana contará con un presupuesto que oscila entre 500 mil y un millón de pesos para la adquisición de nuevos ejemplares del país invitado a la FIL.
Revisión histórica
En un recuento de la historia literaria del país inca, Reyes González mencionó la importancia de las vanguardias del siglo XX y su carácter de protesta. Entre ellas encontramos autores como Alberto Hidalgo con el simplismo (1922), así como Federico Bolaños y Magda Portal con la revista Flechas (1924), en la cual se incorporaron de manera activa las mujeres.
José Carlos Mariátegui con la publicación Amauta (1927) se dedicó a realzar la cultura indígena de su país, mientras en 1928 surgían autores surrealistas como César Moro y Xavier Avril, quienes lograron que la literatura peruana recobrara la importancia alcanzada en 1609 con Garcilaso de la Vega el “Inca” y sus Comentarios reales.
En opinión de Reyes, César Vallejo constituye uno de los escritores más nombrados y menos leídos. Con Trilce, su obra más importante por su innovador estilo, colocó a Perú dentro de la literatura universal, aun cuando fue severamente criticado en su tiempo y ahora resulta escasamente conocido, caso contrario del afamado Mario Vargas Llosa.
Este es uno de los pocos autores contemporáneos de Perú conocidos en México. Su calidad lo ha convertido en dictador de la literatura y ha eclipsado a los nuevos talentos, en los que no invierten las casas editoriales pues no les parecen tan rentables como aquel, razón por la cual posiblemente conocemos tan poco de ellos.
Alfredo Bryce Echenique posee el don natural del narrador: entretener, inventar tramas, crear personajes. Entre sus obras se hallan La amigdalitis de Tarzán (1998) y Reo de nocturnidad (1997), novela galardonada con el Premio nacional de narrativa que concede el Ministerio de Cultura de España.
Literatos menos difundidos, pero no de menor importancia, son Ciro Alegría, en periodismo; José Santos Chocano y Reynaldo Naranjo, en poesía, y Gregorio Martínez, en narrativa, el cual destaca en la corriente contemporánea del afroperuanismo y ha sido comparado con el propio Nicolás Guillén.
Así, la FIL se viste de gala este 2005. Ante la necesidad de conocer una de las literaturas más ricas y desconocidas del continente, Perú como invitado de honor capta las miradas de librerías, bibliotecas y lectores tapatíos para quienes su escritura es tanto un misterio como una curiosidad.
