Hace poco aprendí algo interesante del monopoly. Consiste en adquirir propiedades y ganar dinero, y al final el jugador con más propiedades y dinero es el ganador. Relacionado con la vida, parece ser algo completamente igual a la misma. Si tienes muchas propiedades, empresas, carros, etcétera, tendrás mucho dinero y poder en el juego llamado “sistema”.
Pero también aprendí algo más. Al final, como en el monopoly, todo regresa a la caja…
¿Qué quiero decir con esto? A pesar de que puedas hacer un sinnúmero de trampas para obtener la mayor cantidad de propiedades, de que logres hacer caer en la bancarrota a tu rival al terminar el juego, y a pesar de todo lo que obtuviste y lo que peleaste, al final, simplemente regresarás a la caja. Todas esas casas, empresas, dinero, carros y tantas cosas más, estaban antes de que tú llegaras y comenzaras a jugar, y al final todo va a la caja. Jugadores van y jugadores vienen.
Lo importante en la vida no es qué tantas cosas materiales tengas, sino entender que el juego de la vida consiste en ser feliz y no luchar por algo que seguirá en el juego y al final en la caja.
