El misterioso momento

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La última comunión de tres extraños solitarios es una bala en su cabeza. El mismo proyectil se comparte como resultado de un plan suicida que busca, en la incómoda activación de un rifle, revolucionar el pensamiento. El sentido del tiempo, la arbitraria circulación de las ideas entre tres sujetos que, unidos en la ¿muerte?, enfrentan la irrealidad de todo lo que hay, son algunos de los elementos que tejen la trama de la que pareciera una impresión fotográfica que no termina de fijarse, mientras los químicos que la revelan escurren con intermitencia. Cómo se mide el tiempo que ya no es el de la vida… ¿hay otro? La obra Paraíso diseñado es resultado de un intercambio creativo entre las compañías de teatro 8m3 y A la deriva, cuyo contacto y conocimiento mutuo los interesó y acercó para crear este montaje. 

Diseñando poéticas
David Gaitán escribió este delirio a tres voces que concentra recuerdos, trampas, fantasmas, sensaciones y todo aquello que permanece en el pensamiento durante el frágil y misterioso momento en el que vida y muerte se tocan. La idea de interpretar el instante que va desde que nuestra mente reconoce la inminencia de la muerte hasta que finalmente nuestro cerebro se desconecta, es sumamente provocativa. Gaitán no se queda ahí, consigue con esa provocación crear un mundo de acertijos que lanza ganchos al público para que los engarce entre sí y construya el sentido.

El texto de Gaitán recupera una de sus obsesiones temáticas: la muerte. “No exagero al decir que la misión que perseguimos en la vida es diseñarnos una experiencia de muerte satisfactoria, o por lo menos, no tan angustiante”. Para Gaitán el texto fue planteado a partir de dos líneas de ataque: “Un universo abstracto, surrealista y abierto. Y por otro lado realista, donde tres personajes hablan sobre el posible diseño que de su muerte pueden hacer. Estos dos elementos forman la estructura”. La apertura del texto consigue, en la apuesta escénica de Jiménez, una estimulante interpretación que todo el tiempo sugiere para que el público interprete libremente ese universo particular.

David Jiménez, parte fundamental de 8m3, es el responsable de la puesta en escena, cuyo trabajo sin duda refresca la oferta teatral local. Las licencias creativas que Gaitán se tomó en la escritura, y que contrastan con el teatro que se produce en Guadalajara, se complementan con la lúdica lectura de Jiménez, quien integra oportunas rupturas en el trazo y las acciones de los actores quienes cantan, bailan, recitan trabalenguas, se deslizan, exponiéndose al mostrar debilidades que en conjunto, casi en todos los casos, funcionan.  Edith Castillo, Guillermo Íñiguez y Alejandro Rodríguez son los cómplices de la escopeta, los actores responsables de este viaje inusual por el musical engranaje lingüístico de Gaitán.

De acuerdo con Fausto Ramírez, director de A la Deriva, el proyecto de colaboración con 8m3 surge de la necesidad de ampliar los horizontes discursivos del grupo. Después de múltiples encuentros entre ambas compañías, que ocurrieron en diversas ciudades, el acuerdo fue que Gaitán escribiera un texto original que terminaría en una puesta en escena dirigida por Jiménez  y que se estrenaría en nuestra ciudad.  Para Ramírez uno de los elementos fundamentales que soportan este proyecto es el enriquecimiento mutuo de sus poéticas a partir del trabajo común.

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