El mestizaje cultural

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La tercera cultura es el libro escrito por el editor John Brockman, en el que hace referencia al evidente divorcio entre las ciencias y la cultura humanista, división que se consumó en el siglo XX cuando, de los programas de estudio de las universidades, dejaron de ser tema central la ciencia y la tecnología, para situar a la literatura y ciencias sociales en la atención de las nuevas generaciones. Brockman hizo una nueva edición a su libro de 1995 en la que sugería que emergería una tercera cultura para llenar el vacío de comunicación existente entre los intelectuales de las letras y los científicos. El tiempo demostró que su pronóstico no fue tan acertado.

Los intelectuales de las letras siguen sin comunicarse con los científicos y estos últimos son quienes han estado comunicándose con el gran público. Hoy los pensadores de esa supuesta “tercera cultura” tienden a prescindir de intermediarios y procuran expresar sus reflexiones más profundas de una manera accesible para un público inteligente. Y así tiene su auge la llamada popularización, comunicación social y divulgación de la ciencia.

La tercera cultura en la actualidad
Los recientes éxitos editoriales de libros científicos serios, sólo han sorprendido a los intelectuales de la vieja escuela. Para ellos, estos libros son anomalías: la gente los compra pero no los lee. La emergencia de esta actividad evidencia que muchas personas tienen una gran avidez intelectual de ideas nuevas e importantes y están dispuestas a hacer un esfuerzo autodidacta.

El atractivo que ejercen los pensadores de la “tercera cultura” no se debe solamente a su habilidad como escritores; lo que tradicionalmente ha respondido al nombre de “ciencia” se ha convertido hoy en “cultura de dominio público”. Stewart Brand lo describe así: “La ciencia es lo único noticiable. Cuando uno ojea un periódico o revista, todos los contenidos de interés humano son los mismos de siempre, la política y la economía los mismos lastimosos dramas cíclicos, las modas una patética ilusión de novedad, y hasta la tecnología es previsible si uno sabe algo de ciencia”.

La naturaleza humana no cambia demasiado; la ciencia sí, y los cambios se acumulan alterando el mundo de manera irreversible. Estamos viviendo en un mundo en el que el mayor cambio es el ritmo del cambio mismo. La ciencia se ha convertido así en un gran relato.

Los temas científicos que han recibido un tratamiento destacado en periódicos y revistas a lo largo de los últimos años incluyen la biología molecular, la inteligencia artificial, la vida artificial, la teoría del caos, el paralelismo masivo, las redes neuronales, el universo inflacionario, los fractales, los sistemas complejos adaptativos, las supercuerdas, la biodiversidad, la nanotecnología, el genoma humano, los sistemas expertos, el equilibrio puntuado, los autómatas celulares, la lógica borrosa, las biosferas espaciales, la hipótesis de Gaia, la realidad virtual, el ciberespacio y las máquinas teraflop, entre otros. No hay canon o lista oficial de ideas aceptables. La fuerza de la tercera cultura estriba precisamente en que admite desacuerdos acerca de las ideas que merecen tomarse en serio.

El mestizaje cultural de Hispanoamérica
En su discurso de ingreso a la Real Academia Española de la lengua, el doctor José Manuel Sánchez Ron hizo una apasionada defensa del mestizaje cultural, es decir, de la integración de la ciencia a las humanidades, una integración de la que él mismo es ejemplo, doctor en Física, catedrático de la Universidad Autónoma de Madrid, ensayista, autor de libros de ciencia exitosos, tanto que es considerado el historiador de la ciencia más importante en lengua hispana. Afirmó que: “En un mundo en el que la ciencia no sólo es conocimiento o cultura sino también poder —económico, industrial, político, militar— no se puede prescindir de la cultura científica”.

En entrevista de prensa aceptó que existe un tipo de “racismo cultural” que mantiene a la ciencia apartada tanto de su historia como de sus resultados, de sus valores y problemas, y lamentó que todavía se diga “es que yo soy de letras”, en un mundo en el que la ciencia y la tecnología surgen por todas partes.

Por ello el comité organizador del VII Coloquio Internacional de Cultura Científica, que se llevará a cabo en la próxima Feria Internacional del Libro de Guadalajara, reunió a un grupo de notables participantes para quienes la frontera entre la ciencia y el humanismo es bastante porosa. Puede mencionarse a José Edelstein, doctor en Física por la Universidad de la Plata; Paula Bombara, coautora de Ciencia y superhéroes (Ciencia que ladra, Serie Mayor de Siglo XXI Editores Argentina); Alberto Rojo, doctor en Física por el Instituto Balseiro, músico y escritor; Miguel Alcubierre, director del Instituto de Ciencias Nucleares de la UNAM, entre otros.

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