El fomento al deporte como instrumento para impulsar el desarrollo humano

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El deporte en nuestro país es un tema de moda más como medio de entretenimiento y recreación que como instrumento indispensable para fortalecer y mejorar algunas áreas prioritarias del desarrollo humano, como son la educación, la salud y la integración social, a pesar de que su práctica es un derecho fundamental consagrado en el artículo 4º de nuestra Constitución, cuando enuncia: “Toda persona tiene derecho a la cultura física y a la práctica del deporte. Corresponde al Estado su promoción, fomento y estímulo conforme a las leyes en la materia”.

La promoción de la práctica deportiva se acentúa de manera explícita en los objetivos, estrategias y propuestas a cumplir dentro del Plan Nacional de Desarrollo (PND 2013-2018), el Programa Sectorial de Educación (PSE 2013-2018), el Programa Sectorial de Salud (2013-2018) y el Plan Estatal de Desarrollo Jalisco (PED 2013-2033), por mencionar algunos documentos rectores de la política pública y los programas de la administración federal.

Entre los principales atributos que se le confieren al deporte están los relacionados con el área de la salud, pues su práctica ayuda a combatir múltiples padecimientos asociados a estilos de vida cada vez más sedentarios, tal es el caso de las enfermedades cardiovasculares, las respiratorias, el cáncer, la diabetes y, desde luego, la obesidad.

Al respecto, la Organización Mundial de la Salud señala que la inactividad física es el cuarto factor de riesgo de mortalidad más importante en todo el mundo, hecho que pone de relieve la necesidad y urgencia por fomentar el deporte. Recordamos que México ocupa el primer lugar en obesidad infantil y que la última Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (Ensanut, 2012) reporta que más de la mitad de niños y adolescentes no realizan ningún tipo de actividad física.

De la misma manera, es de resaltar que el fomento al deporte también conlleva beneficios económicos al área de la salud pública, pues se calcula que cada dólar invertido en actividades físicas se traduce en un ahorro de poco más de tres dólares de gasto médico en el futuro.

En lo que respecta al ámbito educativo, el deporte es un componente fundamental de una educación de calidad, pues su práctica favorece la convivencia, la cooperación, la disciplina, el liderazgo y otros valores que si bien no forman parte del currículo académico de los alumnos, sí contribuyen al desarrollo de competencias para la vida dentro de una formación integral. Además de que algunas pruebas demuestran que los programas de educación física en las escuelas no sólo promueven una cultura deportiva y de salud en los estudiantes, sino que también guardan relación directa con la mejora en su rendimiento escolar.

Aunado a lo anterior, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) hace énfasis en que el deporte es una poderosa herramienta de apoyo en la prevención de conflictos, en consolidar un ambiente de paz y en trascender las barreras de desigualdad que dividen a la sociedad, ya que su poder de convocatoria permite involucrar a la población sin importar su raza, género, edad o condición económica.

Así pues, la promoción del deporte no se debe limitar al mero vínculo del entretenimiento o del negocio que se genera alrededor de éste, sino que es necesario que las autoridades gubernamentales, sanitarias y educativas, trabajen en conjunto con la población para implementar programas eficaces que incentiven la adopción de una cultura deportiva.

 

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