El difícil camino de la tercera edad

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A María de la Paz Santiago las banquetas de su barrio no le dan tregua. A sus 79 años tiene más de 50 viviendo y desplazándose a pie en la colonia Independencia y, desde que alcanzó una edad mayor, ya se ha caído tres veces. La última ocurrió regresando del centro de Guadalajara, cuando al llegar al cruce de Jorullo y Monte Carmelo se encontró con un desnivel al final de la banqueta y tropezó.  “Caí de puras rodillas y se me rasparon todas”.

Cuenta que en esta colonia, al menos en la cuadra donde vivo, hay mucha gente mayor. Sí he sabido de otras personas que se han caído por el estado de las banquetas.

En la colonia Independencia habitan 2 mil 741 adultos mayores distribuidos en 145 manzanas, de las cuales sólo 20 cuentan con rampas en todas sus vialidades (cada esquina), 63 en alguna vialidad y 51 en ninguna, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía, (Inegi, 2015). Con respecto a los desniveles que se encuentran a lo largo de las banquetas, no existe un registro.

“Sí faltan rampas, en mi cuadra sólo en una de las esquinas hay y en la cuadra de enfrente tampoco hay”, refiere María de la Paz sobre la calle Samuel Ramos, entre Monte Carmelo y Monte Olivete.

De acuerdo al mapeo realizado por el Inegi, la situación es la misma en toda la Zona Metropolitana de Guadalajara. En las colonias con mayor infraestructura, las manzanas que cuentan con rampas de accesos en todas las vialidades llegan cuando mucho a un 30 por ciento del total. Algunas, como la Seattle, en Zapopan, no tienen ninguna, pese a que el 18.34 por ciento de la población que allí vive es de la tercera edad. Y el centro de Tlajomulco, donde se concentran las dependencias gubernamentales y los servicios, nada más cuenta con una manzana con todas las rampas de acceso de un total de 38.

El coordinador de la maestría en Urbanismo y Territorio, del Centro Universitario de Arte Arquitectura y Diseño (CUAAD), Juan Ángel Demerutis Arena, dice que “el hecho de que no haya una banqueta que tenga un mismo nivel o una textura o características uniformes y que tenga agujeros hace que sea más complicado el desplazamiento. Debemos tener banquetas con una franja que facilite la movilidad, en ésta deben de considerarse las condiciones de la edad mayores a 60 años”.

Condiciones que están consideradas en la Ley para el Desarrollo Integral del Adulto Mayor del Estado de Jalisco, cuyo Artículo 6 contempla que el adulto mayor debe “vivir en entornos seguros, dignos y decorosos, que cumplan con sus necesidades y requerimientos y en donde ejerzan libremente sus derechos”, así como “contar con espacios libres de barreras arquitectónicas, para el fácil acceso y desplazamiento”.

En este sentido, el investigador explica que es importante conocer la caminabilidad de las banquetas y que, por lo pronto, los ayuntamientos se han preocupado de que éstas no tengan obstáculos para el peatón, sin embargo aún “no hay una política específica encargada de las necesidades de los adultos mayores, pues se piensa en la ciudadanía general”.

Actualmente en México 10 de cada 100 habitantes tienen 60 o más años, y se estima que para 2030 la población de adultos mayores superará a aquella con menos de 15 años; y para 2050, 30 por ciento de la población será de la tercera edad, según datos de Inegi.

Demerutis Arena explica que el aumento de personas mayores ha motivado el estudio académico del urbanismo gerontológico, una subdisciplina especializada en el contexto del espacio público para estas personas.

“Las previsiones de cómo será en 2050 es algo que debemos de considerar de forma importante para estar listos, porque a muchos nos tocará vivir en esa situación. Vale la pena prevenir lo que nos puede suceder a todos cuando lleguemos a esa edad”.

Dice que ante las limitaciones naturales que presentan estas personas, como andar en silla de ruedas o andaderas, caminar más lento, no levantar tanto las piernas al hacerlo, los vulnera al transitar en la calle.

Agrega que las rampas en las esquinas son necesarias y que el riesgo radica en las banquetas deterioradas por el tiempo o por las raíces de los árboles. También recomienda que exista una identificación de los desniveles con colores, pues muchos adultos mayores no pueden verlos del todo bien.

“La calle es de todos, el uso de los propietarios de las fincas es responsabilidad de cada uno, si ellos no despejan la banqueta crean obstáculos”.

En el Plan Parcial de Desarrollo Urbano del Distrito 3 Huentitán. Subdistrito 7 Independencia, en la sección “Obras públicas y movilidad”, se tiene contemplado conservar, mejorar y reconstruir banquetas con integración de productos para la accesibilidad universal. Estos planes, que pretenden implementarse por parte del gobierno de Guadalajara en todos los distritos del municipio, estuvieron en consulta pública y se pretenden completarlos en septiembre.

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