El decenio de acción para la seguridad vial

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En septiembre de 2016 un diario local reportaba que “La Zona Metropolitana de Guadalajara tiene garantizados 57 kilómetros adicionales de ciclovías; para ello se invertirán 309 millones de pesos de los fondos metropolitanos 2015 y 2016, y del Programa Metropolitano de Vías Ciclistas (Provici), con obras que incluso ya arrancaron en la avenida Marcelino García Barragán.”

Esta última obra ya está en funcionamiento y ha provocado múltiples manifestaciones de inconformidad por parte de los vecinos. De la misma manera, cada día vemos en nuestra ciudad y municipios aledaños que se incrementa el número de vialidades para la circulación de ciclistas, se amplían banquetas para los peatones y se establecen moderadores de velocidad en calles metropolitanas. Todo lo anterior tiene como objetivo estimular el desplazamiento no motorizado de los habitantes, mejorar las condiciones ambientales de la metrópoli y disminuir el riesgo para quienes hacen uso de la bicicleta como medio de transporte.

Lamentablemente cada año hay cerca de 1,25 millones de muertes por accidentes de tránsito alrededor del mundo, es la primera causa de muerte del grupo de personas entre 15 y 29 años, asimismo en cerca de la mitad de las víctimas mortales se encuentran los usuarios más vulnerables, los ciclistas (4 por ciento), peatones (22 por ciento) y motociclistas (23 por ciento); esta situación también provoca perdidas económicas en gran parte de los países y puede llegar a representar del 1 por ciento al 3 por ciento del Producto Interno Bruto.

La Organización Mundial de la Salud y la Organización de las Naciones Unidas han  señalado que si no se establecen y adoptan medidas para reducir la cifra de accidentes, es probable que en el año 2020 la cifra se incremente considerablemente, por ello la Asamblea General de las Naciones Unidas proclamó el Decenio de Acción para la Seguridad Vial 2011-2020 en marzo de 2010, y propuso un plan mundial para orientar los esfuerzos de manera local y nacional.

El objetivo es que si se aplica con éxito será posible reducir la cifra prevista de víctimas mortales, es decir, se podría salvar la vida a cerca de cinco millones de personas, evitar el traumatismo de cincuenta millones de personas más alrededor del mundo y se podrían ahorrar hasta cinco billones de dólares durante el decenio.

El plan mundial está conformado por cinco pilares o categorías: el primero se centra en fortalecer la capacidad institucional para promover iniciativas de seguridad vial; en el segundo se resalta la necesidad de contar con vías de tránsito y movilidad más seguras y en beneficio de todos los usuarios; el tercero se enfoca en la necesidad de tener vehículos más seguros, es decir, que todos los vehículos cuenten con los dispositivos mínimos de seguridad; el cuarto pilar se centra en la elaboración de programas que mejoren el comportamiento de los usuarios de las vías de tránsito, el cumplimiento de reglamentos y leyes de seguridad; y el último pilar o categoría tiene que ver con la respuesta tras los accidentes, se pretende que los países mejoren la capacidad de los sistemas de salud y de otra índole para  proporcionar a las victimas tratamientos y rehabilitación apropiada.

Aunque México ya ha avanzado en los últimos años en estrategias y mecanismos para disminuir la cifra de accidentes viales y ya se han comenzado a implementar programas para fomentar el uso de un transporte público seguro, así como de medios de transporte no motorizado para que las personas puedan desplazarse sin peligro, aún falta hacer cambios y crear más infraestructura para peatones y ciclistas, separar los distintos usuarios de las vías de tránsito y, lo más importante, que las personas colaboren respetando y atendiendo las medidas sobre usar el cinturón de seguridad, casco, señales luminosas para incrementar su visibilidad y no manejar bajo los efectos del alcohol, eso puede hacer un gran cambio en las cifras de accidentes.

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