El cabaret barroco de Lombardero

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La edición 42 del Festival Internacional Cervantino llega a Guadalajara gracias a la renovación de lazos entre la UdeG y el Festival. Bromas y lamentos es uno de los espectáculos que nuestra ciudad recibirá de este vínculo. Se trata de una obra musical que acerca el barroco a la actualidad para resignificarlo. El director de escena argentino Marcelo Lombardero, es el responsable de la puesta en escena que se presentará en el Estudio 323 los días 18 y 19 de octubre.

Lombardero vuelve a Guadalajara, luego de haber encabezado producciones como La vida breve en 2006 en el Teatro Diana, con una visión renovada de la producción de espectáculos operísticos que busca tender puentes que conecten al espectador de hoy con la ópera. Para el director Bromas y lamentos “nace de la observación de la sociedad actual, que en muchos sentidos es comparable con la barroca. El barroco de espíritu nihilista y festivo de quienes participaban de la música es muy semejante a nuestro mundo, ambos universos se caracterizan por no ser épocas particularmente reflexivas. Además, la música seleccionada —fundamentalmente Monteverdi—, la encuentro muy cercana a la balada pop de mediados de los años sesenta en adelante. El nexo con aquella forma compositiva estriba en la conjunción única que se da entre la palabra y la música, misma que matiza la sensación de que el barroco  suena lejano, antiguo”.

Sobre la actualidad del barroco, así como el tejido particular que une la selección de canciones y madrigales barrocos de esta apuesta, Lombardero explica en entrevista desde Argentina: “En las canciones de Monteverdi encontramos con frecuencia que los hombres cantan formando una base armónica sobre la que libremente canta una voz femenina, estructura que nos conecta claramente con el jazz. Es sorprendente descubrir los ámbitos de libertad que existían en esa época. En 1600 músicos como Monteverdi no hacían sino buscar, experimentar, así llegaron a la ópera, indagando. Siempre con un gran margen de libertad y en espacios populares. Por ello Bromas y lamentos nació con la idea de llevarle al público actual la música a los mismos ámbitos del barroco: bares, cafés en los que también se come, espacios alternativos.

“Musicalmente partí de seleccionar cinco voces: dos sopranos, dos tenores y un bajo. Esta combinación resultó la adecuada para darle vida a esta sucesión de canciones. Una de las intenciones de este espectáculo es romper la barrera histórica que suele distanciar al espectador con el género y encontrar en el barroco una forma sensible de interpretación musical que cuenta historias atractivas”.

En América Latina en general, y particularmente en nuestro país y ciudad, la producción de ópera es cada vez más difícil, puesto que supone un esfuerzo de un gran número de artistas, especialistas y técnicos además de grandes presupuestos, la mayoría de las veces inalcanzables. Sin embargo no es ese el único motivo que aleja este género de las grandes audiencias.

Al respecto Marcelo Lombardero apunta: “El género operístico aún tiene mucho por decir, pero para ello hay que ampliar el término a teatro musical. Es un momento de grandes crisis. La ópera es un género que tuvo su esplendor hasta comienzos del siglo XX, cuando las masas eligieron otro tipo de arte como el cine sonoro. El género necesita una renovación de mirada y pensamiento para generar nuevos públicos. Dejar de pensar que es sólo para melómanos, pero para ello la ópera le debe comunicar al espectador de hoy, alejarse de lo arcaico”.

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