El arte sublime de la guerra

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La Universidad de Guadalajara, en colaboración con el Institut für Auslandsbeziehungen (IFA), presentan la exposición “Otto Dix: Gráficas críticas 1920-1924” del pintor alemán más importante del siglo XX. La muestra está conformada por un total de ochenta y seis piezas realizadas en ese periodo, y se expondrán del 9 de junio al 17 de septiembre en el Museo de las Artes de la Universidad de Guadalajara. De acuerdo con Laura Ayala —coordinadora de exposiciones en el museo— fue el propio MUSA el encargado de la curaduría de la obra, asignándole a la exhibición el subtítulo “Infierno y ¿gloria?”, haciendo referencia al sufrimiento y desdicha vividos en Alemania durante, entre y después de las dos guerras mundiales.

Devastación y desolación

Dix plasma con realismo extremo y crítico la sociedad alemana de la época, explica la curadora. Con un vasto desarrollo temático y expresivo, interpreta sus propias vivencias en el campo de guerra, pero sobre todo sus experiencias en situaciones extremas; ataca la miseria e indiferencia de la burguesía y retrata los estragos que dejó el conflicto bélico entre los sobrevivientes: soldados mutilados, prostitutas de rostros rígidos y niños enfermos. Un realismo brutal, que es interpretado como crítica social y genera a su vez un fuerte impacto político, con el fin de mostrar la realidad de la guerra sin las capas de honor y orgullo que la mayoría de los artistas de su época retratan.

Según Ayala, cada pieza es una composición plástica que integra la experiencia personal y la desolación humana ante los episodios bélicos. Bajo la consigna de plasmar la trascendencia del drama individual en contrapunto con la descomposición de una sociedad que intenta negar lo sucedido, nos enfrenta a un mundo en el que no existe la redención ni el alivio. Reta al espectador a reflexionar sobre su entorno a través de la mirada severa del pintor que no acepta sutilezas y que muestra lo que no quieres ver.

La intensidad de este trabajo está remarcada por la utilización de técnicas antiguas: el temple, los barnices en pintura y el uso de la punta de plata para el dibujo. Laura Ayala explica que en esta serie también se aprecia un estilo gráfico definido por el realce de los colores fríos y estridentes de acuerdo con la tradición expresiva y ambigua del siglo XVI, que utiliza para evocar temas contemporáneos vistos desde un horror fantástico. Dix es un autor expresionista y también el precursor de la “Nueva Objetividad”, haciendo de las artes plásticas un instrumento de impacto político y social.

En las litografías que integran parte de la gráfica crítica está presente un artista más preocupado por los contenidos que por acatar los intereses formales de las vanguardias. Si bien no se despega del quehacer plástico, las técnicas que utiliza subrayan el discurso temático.

Los cuadros de Dix no son “bonitos” ni “edificantes”, concluye la curadora, su realismo hiere al espectador, que se siente desenmascarado. En cada imagen está presente una sociedad dual y antagónica en la que existe tanto la búsqueda del placer y del confort como la pobreza y la marginalidad. “Otto Dix: Gráficas críticas 1920-1924” es un espacio de obligada reflexión para reconsiderar el papel del hombre a través de la memoria de la guerra y la expresión artística. Pues a pesar de ser del siglo pasado, sigue siendo el vivo reflejo de las problemáticas actuales.

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