El abandono de las zonas rurales

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    Economía regional: cambios, impactos y desafíos, fue el tema del sexto seminario de la Cátedra en Estudios Regionales Guillermo de la Peña, que tuvo como sede el Centro Universitario del Sur (CUSur), y contó con la participación de expertos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), la Universidad de California en Davis (UCDavis), el Centro de Investigaciones en Alimentación y Desarrollo (CIAD) de Sonora y la dirección del propio Guillermo de la Peña, del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS Occidente).

    En su intervención, Jesús Arroyo Alejandre, académico de la UdeG, realizó una revisión teórica sobre los conceptos de economía regional y ciencia regional, esta última impulsada por el investigador estadounidense Walter Isard. Dijo que la política de desarrollo regional se ha desdibujado en México a partir del neoliberalismo y porque la planeación urbano-regional está limitada a la regulación del uso del suelo.

    Alejandre aseveró que a partir de 1940 inició la migración rural hacia las zonas urbanas (ciudades medias y metrópolis) y en 2015 se estimó que el 70 por ciento de la población mexicana vivía en localidades mayores a los 15 mil habitantes, aunque con patrones territoriales de desarrollo similares a los de 1990: municipios con nivel de desarrollo económico alto y muy alto en el norte y centro del país, bajo y muy bajo en el sur y sureste; la costa del noroeste que tenía nivel alto y muy alto pasa a nivel alto y medio y la costa de Tamaulipas y Veracruz experimenta un declive en su nivel de desarrollo económico.

    El investigador de la Universidad de California en Davis, Philip Martin, describió la dinámica laboral en los campos agrícolas, tras afirmar que los trabajadores de este sector son cada vez más vulnerables, ya que carecen de conocimientos para tener acceso a otro tipo de empleo.

    “México y otros muchos países ilustran lo que se puede llamar una paradoja de prosperidad. A medida que los países se desarrollan, baja el número de trabajadores en la producción agrícola, porque se van a otras industrias. La gente que sigue trabajando en la agricultura a menudo se vuelve más vulnerable en la medida que el número disminuye”.

    Philip Martin añadió que el 90 por ciento de los trabajadores agrícolas de California nacieron en el centro-occidente de México, y cada año aumenta el número de trabajadores legales que provienen tanto de México como de Jamaica y otros seis países. En 2012 esa cifra era de tres mil personas y para este año está estimada en 20 mil jornaleros.

    Para concluir el seminario, María del Carmen Hernández Moreno, del Centro de Investigación en Alimentación y Desarrollo (CIAD), aseveró que en Sonora las grandes obras hidráulicas de los años 40 del siglo pasado y la adopción de las tecnologías favorecieron el desarrollo agrícola, que ha alcanzado el 84 por ciento del total producido y genera 55 por ciento del valor, así como la producción porcícola al ser la principal actividad de exportación en los últimos años.

    Hernández Moreno agregó que el estado de Sonora ha tenido “varios momentos de reconversión productiva” ante factores como la falta de disponibilidad de agua, la salinidad de la tierra, el contexto político-económico e incluso la renta de la tierra ejidal.

    Las actividades fueron en la Casa del Arte Dr. Vicente Preciado Zacarías. La inauguración estuvo presidida por el Rector del Centro Universitario del Sur, Ricardo Xicoténcatl García Cauzor y el Director General del CIESAS, Agustín Escobar Latapí; el Director de CIESAS Occidente, Andrés Fábregas Puig; los integrantes de la junta académica por parte de ambas instituciones, Alejandro Macías y Pablo Mateos, así como Guillermo de la Peña, antropólogo e investigador de CIESAS Occidente.

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