El Quijote en la Iberoamericana

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    Ajenos al asfalto, a los automóviles, a los restaurantes de comida rápida y las prisas de una ciudad moderna, los infantes del segundo A, de la escuela urbana Francisco Villa, callados, formados, escuchan las indicaciones de sus maestras para entrar a la biblioteca Iberoamericana, de la UdeG.
    Es jueves por la mañana, uno de los días al que este recinto dedica el programa de cuento y taller de arte. Hacía una o dos horas que la mayoría de los adultos ingresaron para realizar sus labores. Mientras tanto, 45 infantes atienden al actor de la Compañía de teatro de la UdeG, Tony Navarro Macías, quien contará la historia de El Quijote de la Mancha.
    La sala infantil es invadida por las sonrisas, mientras Tony, quien con tiempo de antelación ha hecho la adaptación de la historia y creado la utilería y vestuario, invita a los pequeñines a que golpeen suavemente su cabeza para despertar las neuronas.
    –Levanten sus manos –dice para lograr que 15 niños representen a alguno de los personajes de El Quijote.
    Antes de la tercera llamada, que anuncian los propios niños, los nuevos actores son vestidos con atuendos de una época remota y el público (el resto de los niños) se ríe de la forma en que sus compañeros lucen sombreros y capas.
    Don Quijote y Sancho Panza, con cara de niños, espadas sin filo al hombro y trajes sobre uniformes escolares, emprenden su viaje para luchar contra los molinos.
    Mientras Tony explica algunos de los parlamentos, los infantes observan, ríen, juegan a ser actores y repiten las frases clave.

    Los niños
    son los mejores

    Para Tony, el público infantil es muy difícil, pero también es el mejor, ya que su mente está fresca y buscan jugar todo el tiempo.
    “Yo me divierto contando las historias, teatralizándolas. Ellos eligen un personaje, actúan y se van con la información adecuada”, dice el cuentacuentos, quien colabora con la Unidad de vinculación científica y cuyo repertorio es de 20 obras clásicas de la ciencia y la literatura.
    La directora de la biblioteca Iberoamericana, Luz Elena Martínez, explicó que la actividad está dirigida a niños de primaria y tiene lugar los jueves y viernes, en turnos matutino y vespertino. La lectura incluye una jornada de El Quijote de la Mancha, para conmemorar los 400 años de la primera edición de la novela.
    Destacó que en el programa, ya con dos años detrás, los niños escuchan la historia, participan en ella y son motivados a leer. A la semana reciben cuatro grupos, una muestra de su éxito.
    Con el apoyo de Tony Navarro y Monserrat Díaz –también de la Compañía de teatro–, presentan cuentos de diversos autores, entre ellos, Hans Christian Andersen, y los jueves ofrecen un fragmento de la obra de don Miguel de Cervantes Saavedra.
    La historia será contada por lo menos hasta vacaciones de semana santa, pero existe la posibilidad de extender el programa, pues las escuelas han mostrado interés.
    La sesión completa incluye un taller de arte luego de la narración. Los niños “ilustran algunas de las imágenes o figuras que les evocó el cuento. En otras ocasiones a los niños más grandes se les pide que escriban un final distinto o un argumento diferente a la historia original”.
    “Entre más grandes sean los niños, menos están dispuestos a usar su ingenio. Les da pena. Para ellos tenemos otras dinámicas que les permiten familiarizarse con la estructura de la biblioteca, como un rally de búsquedas, etcétera”.
    Martínez invitó a los papás a que traigan a sus hijos y convivan con ellos, con una buena lectura. Para mayores informes, comunicarse al 36 14 15 06, con Lucyla, Óscar o Rita.

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