Educar contra la violencia

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Ser alto o de estatura baja, delgado u obeso, tener lentes o ser el más inteligente del curso, cualquier diferencia con los otros propicia el acoso escolar, más conocido como bullying, y se manifiesta en formas que podrían parecer normales, pero que pueden derivar en accidentes, e incluso la muerte.

Para la investigadora del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), María Teresa Prieto, tanto papás como profesores necesitan recibir capacitación para conocer que hay conductas cotidianas en los niños que no pueden verse como normales.

“La violencia genera violencia y algunos grupos tienen ciertas formas de ‘iniciación’ de los compañeros que son agresivas, o muchos niños y adolescentes no conocen otra forma de relacionarse que la violencia. Ellos reflejan en la escuela lo que están viviendo en casa, pero muchos profesores tienen la idea de que están ahí sólo para educar y no para intervenir en casos violentos”, dice la académica, quien forma parte de una investigación relacionada con el tema.

Además del caso del menor de edad que murió en Tamaulipas tras ser hospitalizado a consecuencia de la violencia por parte de sus compañeros de clase, la Comisión Nacional de los Derechos Humanos ha recibido 918 denuncias en los últimos siete años, relativas al acoso escolar. También en Puebla y Zacatecas han salido a la luz casos de bullying, lo que, para la especialista, es síntoma de que este problema se está recrudeciendo en el país.

Ante ello, considera que urgen políticas públicas desde el Estado que generen estrategias de intervención, además de ofrecer capacitación tanto a padres, directivos, profesores y niños.

Los maestros son un elemento importante en este tema, porque aunque la responsabilidad del bullying no recae en ellos, ya que “no es un problema sólo de disciplina”, en muchas ocasiones no intervienen “porque no quieran, sino porque no saben cómo hacerlo”, expresó la coordinadora de Investigación del CUCEA.

Si bien la Secretaría de Educación Pública anunció un programa piloto contra el acoso escolar, que iniciaría durante el próximo ciclo escolar, Prieto afirma que cualquier estrategia debe tomar en cuenta los múltiples estudios académicos y científicos que han tratado de explicar este problema, no sólo en la Universidad de Guadalajara sino en instancias como el Consejo Mexicano de Investigación Educativa.

“El bullying es un problema multifactorial, pero que atenta contra los derechos humanos de las personas y afecta su autoestima. Por eso, debe abordarse de forma integral, no sólo atendiendo a las víctimas. Deben de involucrarse directivos, terapeutas, psicólogos, las familias y las instituciones de gobierno, para que instrumenten las estrategias necesarias”, concluye.

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