Edmundo Ponce Adame

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    Su huella está plasmada en varios de los edificios y construcciones más representativos del centro de la ciudad: desde el antiguo hospicio Cabañas, hasta el monumento de los Niños héroes. Su profesión lo llevó a ser amigo de José Clemente Orozco durante los últimos años de vida del pintor jalisciense. Ambos dieron vida a la cúpula de lo que alguna vez fue la Cámara de diputados en Palacio de gobierno, ubicado en el corazón de Guadalajara.
    Edmundo Ponce Adame fue uno de los ingenieros más reconocidos en los años 40. Trabajó como docente en la Universidad de Guadalajara y destacó como pionero en la aplicación de las matemáticas modernas a la ingeniería, conocimientos por los que fue buscado para realizar diversas obras civiles.
    Una de ellas, “la más importante por la dificultad que conllevaba”, dice Edmundo Ponce, fue el salvamento de la cúpula y las columnas de la capilla del entonces hospicio Cabañas, donde se encuentra el Hombre de fuego, de Orozco.
    “En ese momento algunas de las columnas de cantera que sostienen la cúpula (que también presentaba grietas) estaban por desmoronarse. Para salvar ambos componentes tuvimos que hacer ciertos cálculos y estudios que nos llevaron alrededor de tres meses. Entregamos los resultados a las autoridades del estado, quienes finalmente pudieron reparar los daños”.
    Junto con el arquitecto Vicente Mendiola y el escultor Juan Francisco Olaguibel, erigió la columna en honor a los Niños héroes, en la avenida del mismo nombre. Ponce Adame estuvo a cargo del cálculo y de la construcción.
    Luego planeó y edificó la casa estudio en la que José Clemente Orozco trabajó los dos últimos años antes de su muerte. Esto afianzó su amistad con el artista, a quien describe como un ser “afable, atento, sencillo y de conversación interesante”.
    Su paso por la Universidad de Guadalajara también dejó huella. Cuando estudiaba la carrera de ingeniería, lo invitaron a dar clases en la Preparatoria de Jalisco y luego en lo que ahora es el Centro Universitario de Ciencias Exactas e Ingenierías. Más tarde trabajó como académico y director en la ex Facultad de Filosofía y Letras.
    Nacido el 26 de febrero de 1922, ejerció la docencia por más de 50 años. Impartió materias como física, cálculo rectorial, mecánica, óptica, electromagnetismo y matemáticas. Solo interrumpió su labor docente cuando viajó a Francia a cursar un posgrado en aplicación de métodos matemáticos a la física.
    Fue alumno de profesores de la talla de José Guillermo Tapia, José Hernández Prieto y Aurelio Aceves. Al fungir como mentor de decenas de generaciones de ingenieros, buscó “dejar en ellos algo de lo que mis maestros dejaron en mÓ, recuerda hoy a sus casi 84 años de edad.
    En su honor, el Departamento de Filosofía del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades, instituyó en 1999 la cátedra Edmundo Ponce Adame, con el propósito de difundir el conocimiento científico y filosófico.

    Monumento a los Niños héroes (1947)
    Cúpula en Palacio de gobierno (1949)
    Fundador de la Facultad de Ciencias (1980)
    Maestro emérito por la UdeG (1992)
    Premio Jalisco de Ciencias (2003)
    Frase: “Quise dejar en mis alumnos un poco de lo que mis maestros dejaron en mí”

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