El detective Terence McDonagh es un adicto al vicodín y a la cocaína. Cuando una familia de inmigrantes africanos aparece masacrada, McDonagh es considerado por sus superiores como el tipo idóneo para encabezar la investigación. McDonagh da con la identidad de un testigo ocular, un chico mensajero llamado Daryl, quien con el objetivo de lograr la libertad condicional para su madre encarcelada, se muestra dispuesto a testificar contra un traficante de drogas apodado Big Fate, un criminal invulnerable a cualquier acusación debido a su inclinación de asesinar testigos. Sobre Terence McDonagh cae la responsabilidad de salvaguardar a Daryl, labor que se hace más difícil debido a su inestabilidad y adicciones.
