Dramaturgia mexicana emergente

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El teatro en México parece vivir una de sus crisis más propositivas. Si bien las políticas públicas en materia cultural siguen siendo escasas y en su mayoría erráticas, y los artistas escénicos siguen buscando estrategias para llevar público a las salas así como generar procesos de producción mucho más efectivos, es posible decir que existen propuestas refrescantes en muchos lugares del país.

Una de las pruebas de esta ola creativa es el Festival de la Joven Dramaturgia, que desde hace doce años se celebra en la ciudad de Querétaro y que posee un carácter nacional. El verano mexicano sigue convocando en diversos puntos del país a la comunidad artística para compartir su trabajo y medir su potencia ante el público, y ese es el principal objetivo del Festival que se celebrará del 15 al 19 de julio, en sedes como el Museo de la Ciudad y el Auditorio del Centro de las Artes de Querétaro, en el extraordinario edificio del ex convento de Santa Rosa de Viterbo.

Creado en el año 2003 por los dramaturgos mexicanos Luis Enrique Gutiérrez Ortiz Monasterio, (LEGOM) y Édgar Chías, el Festival nació con la intención de generar un espacio crítico para compartir sus textos con otros autores tan jóvenes como entonces eran ellos, para discutir y probar sus obras con el público a través de lecturas dramatizadas. Han pasado doce ediciones y ese laboratorio inicial ha encontrado apoyo en el Instituto Querétaro de la Cultura y las Artes, que recibe a jóvenes dramaturgos de diferentes lugares de México y Latinoamérica para hacer del Festival un espacio de comunicación intergeneracional.

Edición 2014
El teatro es el resultado de un elaborado trabajo colectivo de creación, discusión y confrontación que no termina mientras se mantenga viva la acción, y en este caso, al tratarse de un evento de dramaturgia, también la palabra. En el Festival, este desarrollo se desestructura y, en algún sentido, se desnuda para poder encontrar tanto las fragilidades como las fortalezas de los mecanismos discursivos, siempre en contacto con los lenguajes efímeros de la escena. El resultado de este esfuerzo organizado para compartir, es que se transparentan los hallazgos que cada dramaturgo tuvo en su apuesta literaria y escénica, en tanto que hay en el texto dramático una potencia de acontecimiento futuro con presencias siempre múltiples.

En esta edición, el Festival de la Joven Dramaturgia ofrece un programa organizado en tres ejes o plataformas de exposición: emergente, divergente y convergente. En la primera, se incluyen a los autores más jóvenes que por vez primera enfrentan sus textos a un público a través de una lectura dramatizada y ejecutada por actores; en esta cartelera están programados Gabriela Román Escorzo, Gilberto Corrales, Juan Carlos Franco y Chantal Torres. En el ciclo divergente se incluyen dramaturgias que ya ensayan fórmulas escénicas, es decir, que se presentan en una versión de work in progress o semi montaje; en este grupo el Festival programa textos de Jimena Vázquez, Miguel Ángel Sánchez, Fernando Leal y Manuel Barragán. Finalmente, en la plataforma convergente, que hace coincidir la voz del autor con la visión propositiva de director y actores para apostarle a una puesta en escena, con toda la complejidad que tiene el discurso estético de un montaje, contará con las dramaturgias de Adriana Bandín, Verónica Bujeiro, Ángel Hernández Arreola y Alejandro Ricaño.

El festival cerrará con la lectura de la obra ganadora del Concurso Nacional de Dramaturgia Manuel Herrera 2014: El último libro de los hermanos Salmón de Mariana Hartazánchez.

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