Doble moral

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    La imagen de Aylan, el niño sirio que, huyendo de la guerra en su país de origen, falleció en una playa de Turquía, le dio la vuelta al mundo. La indignación se hizo notoria, sobre todo en las llamadas redes sociales. Sin embargo, en nuestra ciudad no somos capaces de empatizar con fenómenos más próximos, como el de los migrantes centroamericanos.

    Vecinos de la colonia Arcos rechazan que ahí se abra una casa del migrante. Argumentan que generará inseguridad y solicitan que dicho albergue sea instalado en otro sitio. Es más fácil publicar algo en Facebook que extenderle la mano a un centroamericano.

    ¿La doble moral tapatía se estará haciendo presente una vez más? ¿De verdad nos indignamos o solo nos gusta aparentar?

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