Diálogos de un día anterior

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Cuando uno cierra los ojos, la luz se filtra por los poros. El efecto que se produce cuando eso ocurre, asemeja a un torbellino de células de la carne remolinándose encima de la córnea. Al entrar a la exposición de la artista Renata Petersen en el Museo de las Artes, en la gran pared, un proyector arroja figuras que zigzaguean, y lo primero que se viene a la mente es ese momento cuando se cierran los ojos para vernos a nosotros mismos. Con la diferencia de que si fuera como en la instalación de Petersen, nuestra piel sería blanca. Llena de luz.

Quizá la exposición de la artista tapatía, como parte del programa Artistas en Residencia, y titulada “Topografía de una conversación”, poco tiene que ver con células o con ojos cerrados. Más bien tiene que ver con restos de una reunión social de la noche anterior y la nostalgia de corto plazo. Y, por ende, la historia que se puede reconstruir con esas huellas.

Todo en la obra es blancura profunda; con lo cual las manchas en las servilletas de la mesa, el mole en el mantel o el vino derramado, reduplican el efecto residual.

Los diálogos de un día anterior se convierten en escenas durables. La técnica del happening utilizada por Petersen, permite que a través de la instalación, el dibujo, la fotografía y otras técnicas de vanguardia, se pueda transmitir más que con simples palabras o que con el arte gráfico tradicional.
No hay división entre quien visita la exposición y la obra. Cada quien se vuelve parte de la historia y arma el rompecabezas de lo que los residuos de la conversación pueden aún significar.

Se trata de pañuelos manchados por dedos y lo que parece ser vino tinto; un políptico de dibujo con la técnica de grafito sobre algodón, pequeñas pantallas con paños arrugados, la pantalla que zigzaguea y una enigmática base circular de belleza ardiente.

“Todo eso son huellas de actitudes y maneras de estar en un diálogo, en una conversación y en el compartir una experiencia”, detalló Petersen en una entrevista previa a la exposición.

Renata Petersen nació en Guadalajara, en 1993. A la edad de dieciséis años ingresó a trabajar como aprendiz al taller del artista cubano Waldo Saavedra. Estudió en la Academia de Arte de Florencia, Italia y continúa su formación en la Escuela Nacional de Pintura, Escultura y Grabado La Esmeralda.

Ha expuesto en el Salón de la Pintura de la Galería Vértice; en la Galería Javier Arévalo, y en dos ocasiones en el Salón ACME, Arte Contemporáneo Mexicano.

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