Día mundial contra el trabajo infantil

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El pasado 12 de junio se celebró el Día mundial contra el trabajo infantil, con la finalidad de visibilizar a los millones de niños que padecen esta condición en todo el mundo. Según datos de la Oficina Internacional del Trabajo, 152 millones de niñas y niños son víctimas del trabajo infantil, el 70.9 por ciento de ellos trabaja en el sector agrícola, considerado uno de los más peligrosos del mundo, y el resto se ubica en la industria y los servicios, muchos de ellos realizan tareas domésticas no remuneradas.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) señala que “El trabajo infantil es una violación de los derechos humanos fundamentales, habiéndose comprobado que entorpece el desarrollo de los niños, y que potencialmente les produce daños físicos y psicológicos para toda la vida.”, además de incidir en la perpetuación de la pobreza.

El trabajo infantil pone en peligro la salud y la seguridad de los niños, ya que están expuestos a múltiples amenazas como los plaguicidas, las temperaturas elevadas, el esfuerzo físico inmoderado durante periodos prolongados o el sometimiento a turnos laborales nocturnos, además, afecta severamente su acceso y permanencia en la educación, porque no pueden asistir a la escuela o la abandonan, temporal o definitivamente, conforme los ciclos agrícolas demandan la presencia de sus padres y/o de ellos en el campo, o en una zona geográfica distinta a la que habitan de forma más permanente.

En México, aunque hay una disminución de indicadores respecto a la cifra de niños que trabajan, la situación sigue siendo lamentable. El Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) presentó los resultados del Módulo de Trabajo Infantil (MTI) 2017, que se levantó en el cuarto trimestre del año pasado, con el objetivo de “contar con una base de información actualizada sobre las características de las actividades económicas, domésticas y escolares que realizan los niños, las niñas y los adolescentes de 5 a 17 años de edad en el país y las entidades federativas”. Se reporta que, con respecto a este grupo de población, 3 millones 200 mil menores continúan realizando actividades económicas no permitidas o se emplean en quehaceres domésticos en condiciones no adecuadas, de los cuales 62.7 por ciento hombres y 37.3 por ciento son mujeres. Si bien la tasa de trabajo infantil disminuyó de 12.4 por ciento en 2015 a 11 por ciento en 2017, lo cierto es que un solo dato puede dar cuenta del impacto que tiene: de los 2.1 millones de menores de 5 a 17 años que no asistió a la escuela en el cuarto trimestre de 2017, el 39.6 por ciento estaba empleado en la ocupación no permitida.

Las oportunidades que tienen las familias y los niños que se encuentran en situación de pobreza son mínimas, no tienen más remedio que trabajar para sobrevivir y no asistir a la escuela, por lo que su generación y muchas de las subsecuentes estarán condenadas a la pobreza, sin alternativas de futuro.

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