De protestas y marchas

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    Mis ojos ya han visto esta historia: marchas de mexicanos mostrando indignación a una acción de un gobierno, un servicio o un candidato electoral. El movimiento de los 132 se vio como una buena iniciativa, una forma de que el pueblo no se iba a quedar callado esta vez, mas el movimiento se fue diluyendo con el tiempo hasta desparecer.
    Lo volví a ver en la marcha contra el transporte público, aquella ocasión que una estudiante de la Preparatoria 10 perdió la vida. Y, otra vez, el pueblo (en ambos casos los estudiantes), perdieron el interés a unos días de realizarse. Y el día de hoy vuelve a suceder, 22 de octubre, estudiantes inconformes por lo acontecido en Ayotzinapa, Iguala, y más recientemente con la muerte de Ricardo Esparza Villegas en el Cervantino.
    Yo sólo espero que esta indignación dure un poco más tiempo, por lo menos, hasta que se solucione esta situación que no sólo afecta a las localidades mencionadas. Es un problema de todo el país, y no estamos hablando de algo que acaba de comenzar este 26 de septiembre.

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