De peregrinaciones a peregrinaciones

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    Con base en las matemáticas básicas de divisiones y multiplicaciones, apliqué la siguiente fórmula para deducir una semejanza entre dos acontecimientos sociales y religiosos con trascendencia en Guadalajara.
    La operación consiste en lo siguiente: si 300 mil personas se hospedan por un periodo de ocho días en algún lugar, consumirían 2 millones 400 mil comidas, esto si por lo menos cada uno de ellos se alimentara una vez al día.
    La regla es fácil, sólo es multiplicar esas 300 mil personas por ocho días y nos dará el resultado de 2 millones 400 mil comidas. El caso es que las necesidades de servicios municipales como seguridad pública, limpieza, higiene y salubridad que requieren esas 300 mil personas en ocho días son las mismas que requieren 2 millones 400 mil personas en un solo día.
    Concluyendo en esto, me gustaría que el ayuntamiento de Guadalajara respondiera cuál es la diferencia en lo que se refiere a los servicios municipales ya mencionados, para que haya decidido escatimar dichos servicios en las festividades que son por ocho días en la comunidad de la Hermosa Provincia, a diferencia del recorrido de peregrinos a Zapopan de un solo día. ¿Por qué digo esto? Pues porque el ayuntamiento de Guadalajara en el pasado festejo del mes de agosto de la Iglesia de La Luz del Mundo no proporcionó los servicios básicos municipales respectivos a millares de visitantes que arriban a esta ciudad durante ese periodo y, en contraste, se contempló para “La romería” un súper operativo policíaco con más de 3 mil 200 elementos de seguridad, cinco ambulancias, cinco motocicletas, seis cicloparamédicos, 12 barredoras para la limpia después del festejo, 40 personas para labores de barrido, una unidad de medicina avanzada, etcétera.
    Lo anterior sólo manifiesta dos conclusiones: la primera, que en pleno siglo XX y en la tercera ciudad más grande de México, todavía se den muestras evidentes de una intolerancia y distinción religiosa por parte del gobierno municipal tapatío. Y en segundo término, afortunadamente el orden, la disciplina y la educación cívica y social de los hermanos de la “Hermosa Provincia” se evidencia, pues aún sin apoyo de las dependencias municipales, son unos excelentes anfitriones al recibir a las delegaciones internacionales de más de 40 países donde tiene presencia la Iglesia de La Luz del Mundo.
    Este ejercicio está en todos, independientemente de nuestras creencias e ideologías religiosas, debemos tener una conciencia y actitud equitativa, y de un derecho constitucional revelado: la igualdad entre todos los mexicanos.

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