Creyentes de las buenas historias

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El espectador latino es un gran cinéfilo —comenta Hebe Tabachnik, directora del Festival Internacional de Cine de Guadalajara en Los Ángeles (FICG in LA)— y el cine latinoamericano, para públicos de otras lenguas y nacionalidades, surte un atractivo especial. Por esta razón, no es extraño que sea en Los Ángeles donde el FICG encuentre, además de un punto de unión para que públicos diversos dialoguen con filmes que han sido premiados en la edición celebrada este año en Guadalajara, una matriz de trabajos cinematográficos generados fuera de la sede original que podrán enriquecer futuras ediciones del festival.

En un país como Estados Unidos en el que radican 52 millones de hispanoamericanos, de los cuales treinta y cuatro son mexicanos o méxico-americanos, la ciudad de Los Ángeles representa el centro de una comunidad construida desde la pluralidad, que concentra catorce de esos treinta y cuatro millones conviviendo con colectividades de otras latitudes que convergen en el mismo espacio, con lo que el contexto construido por estas condiciones es único y representa un puente intercultural. “Desde ese lugar, continuar esa misión tras frontera es darle a una comunidad que está ávida, el alimento cultural, social y artístico que exige”, afirma Tabachnik.

La cuarta edición del FICG in LA no sólo ofrecerá “una diversidad de temas para públicos igualmente diversos” sino que incluirá novedades como el primer Doculab y Guadalajara Construye para incentivar la producción cinematográfica y el encuentro entre realizadores y productores, con lo que “el festival va perfilándose como una actividad necesaria y esperada, como un lugar para el cine iberoamericano con mucho énfasis en el cine mexicano, que cada vez abre más espacios para públicos no sólo latinos sino anglófonos”, afirma Iván Trujillo, director del FICG.

Largometrajes de ficción, cine documental y cortometrajes componen un programa que representa lo mejor de las proyecciones del pasado mes de marzo en Guadalajara, el cual abarca géneros, nacionalidades y estilos fílmicos eclécticos, y que será inaugurado con el filme Las horas contigo, dirigido por Catalina Aguilar Mastretta: “Una visión, más que feminista, femenina del mundo, a través de tres generaciones de mujeres”, apunta Trujillo, “que contrasta con la temática y el tratamiento del largometraje que clausura el festival, En el último trago, de Jack Zagha Kababie”, una historia que narra el viaje emprendido por tres octogenarios para cumplir el deseo de un amigo en común.

Los premios del festival, “que desde la edición pasada recibieron el nombre El Árbol de la Vida, y cuya estatuilla es una pieza de artesanía hecha en cerámica por artesanos de Metepec, Morelos”, explica Trujillo, fueron pensados para reconocer, además de los directores y actores —que suelen encarnar en la percepción cotidiana un trabajo de producción, post-producción y distribución fílmica mucho más complejo—, también a otros participantes de este proceso como instituciones o periodistas.

Este año, el homenaje a cuatro figuras importantes del cine iberoamericano y de la cultura latinoamericana será dedicado a Demián Bichir, por su trayectoria actoral y reconocimiento fuera de las fronteras mexicanas, a la presentadora de Noticias 34: Primera Edición, de Univisión, Gabriela Teissier, al comunicador Rubén Luengas, que inició su carrera llevando cine a zonas marginadas de la Ciudad de México, y a la Asociación Nacional de Productores Independientes Latinos (NALIP) que apoya el desarrollo de realizadores y la creación de contenido latino a través de programas enfocados a la creación audiovisual.

Los más de dos mil espectadores que asistieron a la edición anterior, el apoyo de un festival consolidado en México y respaldado por una universidad que busca el compromiso social a través de la lente de la educación, y un programa que atiende a la pluralidad de la cultura iberoamericana que intenta representar y en la que, al mismo tiempo, pretende incidir, ofrece, según sus organizadores, los elementos suficientes para generar altas expectativas y compromisos que terminen por consolidar a FICG in LA no sólo como una extensión, sino como una reinterpretación enriquecida de aquel que le dio vida, el Festival Internacional de Cine en Guadalajara.

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