Consumo con aroma de mujer

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Existen industrias que sobreviven gracias a las mujeres, como las dedicadas a la joyería, el calzado, el vestido y la cosmética, cuya producción está dirigida en un 90 por ciento a ese mercado.
Hay otros sectores, como el automotriz, que diseña vehículos especiales para las mujeres, así como la industria del tequila, que tiene marcas especiales para ellas, y las empresas tabacaleras, que han industrializado tabaco menos fuerte y con filtro, para consumo de este segmento de la población.
Las tendencias demuestran que gracias a las mujeres, el patrimonio familiar crece. En este sentido, podemos mencionar la compra de casas, vehículos y obras de arte. Incluso aumenta el ahorro en una cuenta bancaria.
Sin embargo, en términos generales, esto no significa que tengan más poder adquisitivo. La mayoría del sector femenino cuenta con dobles y hasta triples jornadas laborales, además de que en “sus tiempos libres” se autoemplea en ventas por catálogo.
Al incursionar en el mercado laboral, la mujer compite por los mejores puestos y salarios, pero en este último aspecto no ha habido equidad, al menos no para la mayoría.

Mujer proveedora
La responsable del programa de género, del Departamento de Sociología, del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades (CUCSH), María de los íngeles González Ramírez, explicó que las nuevas parejas negocian quién será el proveedor del hogar.
Ante esa competencia por los mejores puestos de trabajo, “muchos núcleos familiares se ven en esta co-inversión”, es decir, los papeles tradicionales son invertidos: la mujer se hace cargo de la manutención de la casa y los hijos, si los hay, mientras que el hombre cuida de los mismos.
Pocas mujeres han conseguido en los sectores público y privado posiciones privilegiadas. Una amplia parte continúa luchando por mejores salarios. “No necesariamente ganamos más, pero, en efecto, aportar a la economía genera una dinámica que obliga a las parejas a negociar quién será responsable del trabajo doméstico”, dijo González Ramírez.
De acuerdo con información del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), de enero a diciembre del año pasado, las ventas en los establecimientos minoristas aumentaron 4.4 por ciento, mientras que las mayoristas solo 0.8 por ciento, respecto al resultado del año anterior inmediato. Aunque el INEGI no la considera, la pregunta es ¿quiénes hacen las compras al menudeo?
Aun cuando está comprobado desde el punto de vista científico, estadístico y social que las mujeres trabajadoras no han tenido un incremento sustancial en su salario, sobre todo las agrupadas en la clase media, también está demostrado que ese sector aumentó su poder de compra, pero gracias a que laboran jornadas dobles y a que, pese a los salarios raquíticos, tienen mayor compromiso con el ahorro.
Con esta primicia, las industrias no pierden el tiempo, mientras que las mujeres rompen con esquemas tradicionales. Por ejemplo, a partir de 1997, abandonaron la costumbre machista referente a la tradicional bebida mexicana, pues del total de la producción de tequila, 50 por ciento es consumido por las mujeres.
A decir de los representantes de este sector, como el director general del Consejo Regulador del Tequila (CRT), Ramón González Figueroa, y del presidente de la Cámara Nacional de la Industria Tequilera (CNIT), Francisco Quijano Legorreta, este fenómeno obedece a que las mujeres cuentan con mayor poder adquisitivo.
Siempre han tomado, solo que ahora no esperan a que su pareja les ofrezca una copa, porque ellas tienen para comprarla.
–¿Las mujeres están conquistando mejores condiciones en el campo laboral o están alcanzando un mejor salario?
–No necesariamente, pero a quienes han alcanzado buenos puestos y salarios en los sectores público y privado, no les ha sido fácil su permanencia.
–Entonces, ¿quizá la mayoría de mujeres no tiene mayor poder adquisitivo, sino que son mejores ahorradoras?
–Como decía Amartya Sen, premio Nobel de Economía 1998, las mujeres, sobre todo las que viven en el tercer mundo, están dedicadas a la escasez. Entonces, en efecto, somos buenas administradoras de la escasez.

A la caza de las consumidoras
En el rubro automotriz, Ford Motor ha mostrado una especial sensibilidad hacia esta mitad de la población, pues reorientó la submarca Mercury, con el fin de que fuera más atractiva para las consumidoras y de sacar a esta franquicia del limbo en el que estaba.
Diferentes encuestas privadas hechas en 2005 demuestran que, consideradas en colectividad, las mujeres estadunidenses tienen una capacidad de consumo de un billón de dólares.
Las estadísticas también muestran que las mujeres compran el 65 por ciento de los coches nuevos vendidos cada año en Estados Unidos, y que son ellas quienes en un 80 por ciento de los casos deciden o influyen en la adquisición de tal o cual modelo.
Hace poco, la compañía General Motors, en una conferencia titulada “Mujeres al volante”, dio a conocer el cambio de rumbo de sus campañas de diseño, mercadotecnia y ventas, hacia un mercado cada vez más fragmentado y complejo. En Estados Unidos, las mujeres, sobre todo las jóvenes profesionales, compran casi la mitad de los automóviles de fabricación nueva.

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