Conocimiento al servicio de la sociedad

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Tras la obtención de la patente de un antibiótico natural recabado a partir de la piel de la rana toro para el tratamiento de mastitis bovina, la Universidad de Guadalajara (UdeG) buscará producirlo y comercializarlo a fin de ponerlo al servicio de productores lecheros.

El pasado 29 de junio, el Rector General, Miguel Ángel Navarro Navarro, a nombre de la institución, recibió la patente “Extracto de piel de rana catesbeiana, compuesto y método para el tratamiento de mastitis en bovinos”, por parte de uno de sus autores, investigador del Centro Universitario de Ciencias Biológicas y Agropecuarias (CUCBA), Alfonso Enrique Islas Rodríguez

El compuesto obtuvo su patente por parte del Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI) en 2017. Además, desde hace cerca de 10 años posee una patente PCT Internacional en Suiza, y está en trámite su registro en Brasil.

La UdeG tiene vigentes 20 títulos de patente concedidos por alguna oficina en el mundo. Esta última se sumará una vez que se realice un trámite ante el IMPI, dieron a conocer de la Coordinación General Académica.

En la ceremonia, el Secretario de Vinculación y Desarrollo Empresarial del Centro Universitario de Ciencias Económico Administrativas (CUCEA), Andrés López Díaz, informó que la ranamicina no tiene competencia, por tanto es muy alto su potencial de producción y comercialización.

López Díaz informó que en compañía de Islas Rodríguez se han reunido con una empresa del ramo farmacéutico veterinario y agendado otras citas con dueños de hatos ganaderos, a fin de ponerla al servicio de productores lecheros.

“Nuestra responsabilidad como Corporativo (de Empresas Universitarias), a partir de hoy, será lograr el mejor plan de negocios que nos permita la producción y comercialización de la ranamicina para generar los mejores dividendos para nuestra Universidad y el inventor”, dijo López Díaz.

Islas Rodríguez hace 17 años inició un proyecto para buscar antibióticos alternativos a la penicilina. Con el apoyo de otros investigadores y estudiantes, comprobaron que la ranamicina en una semana combate de manera eficaz la mastitis bovina, que es la inflamación de las ubres de las vacas lecheras.

Además, regenera el tejido con la ventaja de que no deja residuos que al ser tomados por el humano le cause resistencia.

Otro beneficio es que el productor no pierde dinero, puesto que la vaca no se retira de la ordeña.

El rector del CUCBA, Carlos Beas Zárate, destacó que la patente se logró gracias al apoyo del Corporativo de Empresas Universitarias, además de la gestión que realizó el Conacyt. Añadió que la rana la obtienen de ranarios de Tala, donde tiran la piel, por lo que los investigadores aprovechan este residuo.

La investigación ha tenido impactos académicos, pues se han elaborado siete tesis de licenciatura, maestría y doctorado. Además, en estudios preliminares se ha descubierto que la ranamicina también tiene resultados favorables contra la tiña, el acné y otros padecimientos en seres humanos.

Navarro Navarro subrayó el esfuerzo y talento de los investigadores como el doctor Islas Rodríguez, además de su generosidad al dejar el conocimiento en beneficio de la institución que los apoya.

Esto “nos da las condiciones para retribuir, tanto a la Universidad como a la sociedad, el conocimiento que es la base de nuestro trabajo cotidiano”, dijo.

Convocó al equipo del corporativo de empresas a reproducir este ejemplo de gestión de patentes con otros investigadores.

“Se mostró una posibilidad de apoyos y gestión de trámites de las patentes, que parece que no es fácil, porque los investigadores, la Universidad, han tenido problemas por los costos y trámites, y ya probamos que se puede”, declaró Navarro Navarro.

Inulina para pacientes con cirrosis

Investigadores del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS) patentaron un proceso para que el consumo frecuente de la inulina ayude a disminuir algunas de las complicaciones que presentan los pacientes con cirrosis hepática.

Mary Fafutis Morris, investigadora del Laboratorio de Inmunología del CUCS, explica que en el estudio que realizaron desde 2010 encontraron que esta sustancia puede disminuir la encefalopatía hepática, es decir, el aumento de amonio en el torrente sanguíneo que incrementa las complicaciones para las personas que sufren de cirrosis.

Una de las consecuencias del mal funcionamiento del hígado es que las personas presenten niveles elevados de amonio, un gas producido de manera natural en el cuerpo, pero que el hígado ya no puede desechar, lo que produce confusión y postración en los enfermos, un efecto conocido como encefalopatía hepática.

La inulina es un carbohidrato o azúcar que se extrae del agave producido en Jalisco y funciona como fibra, además de tener diversas propiedades favorables para el cuerpo. Desde hace algunos años es usado como complemento de suplementos alimenticios en México.

En el estudio realizado de manera conjunta por Fafutis Morris y Vidal Delgado Rizo, investigador del Laboratorio de Inmunología del CUCS, monitorearon dos grupos de pacientes. Uno de ellos utilizó inulina disuelta en agua tres veces al día y otros ingirieron lactulosa, una especie de jarabe comercial que es comúnmente utilizado para disminuir los niveles de amonio.

Fatutis Morris explica que tras varios exámenes de sangre en arterias el primer grupo mostró una mayor diminución de los niveles de amonio que quienes tomaban lactulosa, este último grupo presentó distensión abdominal y flatulencias a diferencia de los que ingirieron la inulina.

“Es perfectamente soluble en agua, simplemente es un agua endulzada que se puede tomar y no tiene efectos secundarios, eso fue una de las cuestiones muy importantes en el estudio, que no se observaron efectos secundarios. Por el contrario, se vio que, respecto a la lactulosa, era mucho más benéfica, porque no daba ni inflamación intestinal, ni flatulencias, ni dolor abdominal y podían evacuar mucho más fácilmente los pacientes”, asegura la académica.

Delgado Rizo afirmó que al ser un producto natural, la ingestión de la inulina permite además fortalecer la microbiota intestinal de los pacientes, por lo tanto mejora los lactobacilos, que son bacterias buenas que se encuentran en el sistema digestivo y urinario.

También comprobaron que la sustancia fortalece el sistema inmunológico de los pacientes, y en general mejorar su calidad de vida.

Con las reacciones de los pacientes estudiados los investigadores identificaron que el sabor de la inulina disuelta es mejor que el de la lactulosa, que además es más cara, pues cada frasco cuesta más de 600 pesos.

Los investigadores consiguieron en marzo de este año la patente para el procedimiento para mejorar las complicaciones de la cirrosis hepática, con el cual podrán hacer la transferencia tecnológica a corto plazo, es decir, generar convenios para que la UdeG comparta este hallazgo con algunas empresas interesadas en incorporar la inulina a sus productos destinados a pacientes con esta enfermedad.

“Con la patente lo que está protegido es el uso de la inulina para bajar los niveles de amonio en pacientes con cirrosis hepática, pero definitivamente no cura la cirrosis, es algo que quiero resaltar. Sí mejora la calidad de vida, pues hasta ahora tenemos un producto en el mercado que se llama lactulosa que sí funciona para mejorar las complicaciones, pero ahora tendría una competencia con un producto que se genera aquí en Jalisco y que se deriva de este estudio”, enfatizó Delgado Rizo.

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