Comentario a las medidas anunciadas por el gobernador de Jalisco

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Algunas veces criticamos, pero cuando la autoridad toma medidas que se solidarizan con las dificultades económicas que enfrentan las mayorías, es fundamental reconocerlas y aplaudirlas.

En este sentido, es loable la decisión del gobernador de Jalisco, Aristóteles Sandoval Díaz, de no aumentar ni la tarifa del transporte público ni el subsidio que reciben los permisionarios, porque este sector está acostumbrado, injustificadamente, a obtener ganancias muy superiores a las que se obtienen en la mayoría de los sectores de la economía. Estas ganancias extraordinarias las reciben porque operan dentro de una estructura de poder oligopólica, que les permite ejercer un dominio sobre los usuarios, superior al que tienen los empresarios que operan en la mayoría de los mercados.

También felicitamos al gobernador por su decisión de no seguir incentivando el antiguo modelo de transporte urbano, por un lado, y el de apoyar, por el otro, aquel sistema que haga factible la transición a gas natural e híbrido. Este cambio significará más ahorro, menos contaminación y mejor servicio. La propuesta de apoyar con incentivos esta transición es loable también, pero esperemos que no la realicen a expensas de los contribuyentes, porque un sector que tiene tan altos niveles de ganancia no debiera requerir apoyos públicos especiales.

Nuevamente, el gobernador de Jalisco se proyecta en el ámbito nacional como el único mandatario estatal que se solidariza con la sociedad y que se concientiza del excesivo gasto público, al reducir “en 50 por ciento el presupuesto para los vehículos del gobierno, salvo para los operativos con patrullas y ambulancias”. Aunque esta medida significa un avance, es importante notar que en países desarrollados, en donde los funcionarios reciben incluso un salario menor que el que ganan los altos funcionarios de aquí, todos los gastos de transportación a su trabajo corren por su cuenta, como lo hace cualquier ciudadano.

También debe aplaudirse que los funcionarios del gobierno estatal no vayan a recibir ningún aumento en su salario este año, porque lo que ellos se pagan está ya de por sí muy por encima de los salarios promedio de la población y de los profesionales con igual o mejor educación y experiencia profesional. Sabemos que más del 90 por ciento del presupuesto público se va en gasto corriente y la mayoría de éste en el pago de nóminas.

El gobernador de Jalisco también reducirá en un 30 por ciento uno de los gastos que resultan más insultantes y ofensivos para la población: el de comunicación social, que muchas veces es usado para la promoción personal indirecta y de los resultados de cada administración. Para cumplir la función de informar sobre la actividad pública están los medios de comunicación social, por tanto, los gobiernos debieran gastar en ello una parte insignificante.

Otra propuesta que, de lograrse, proyectaría al gobernador de Jalisco a escala nacional, es la referida a la eliminación del financiamiento de los partidos políticos locales en los años no electorales, porque este ha sido un clamor popular. La sociedad desde hace mucho considera que el presupuesto dedicado a los partidos ha sido muy exagerado, no ha promovido la verdadera democracia, pero sí la “partidocracia”. 

También con la creación del fondo para financiar los bienevales, las unidades de transporte escolar, los comedores populares y la instalación de calentadores solares en casas de familias de escasos recursos económicos, el gobernador de Jalisco está profundizando su sentido de solidaridad social.

Ojalá que todos los municipios de la zona metropolitana de Guadalajara cooperen con este fondo a partir de los recursos que se reciban del IEPS.

La postergación de la aplicación del nuevo modelo de verificación vehicular es definitivamente una de las medidas con las que la ciudadanía estará más agradecida, pero además, con esta medida se desinfla otro potencial foco de malestar social. Ojalá que aprovechen el tiempo para revisar este modelo, para asegurarse que no sea recaudatorio, sino que cumpla con su objetivo de disminuir la contaminación ambiental.

Es de agradecer que el gobernador de Jalisco vea en el mediano y largo plazo y se preocupe porque Jalisco se convierta en un polo de almacenamiento de combustible en el país. Por la aportación de nuestra entidad a la actividad económica del país, parece increíble que no tengamos suficiente capacidad de almacenamiento de gasolinas para al menos un mes para poder enfrentar cualquier crisis.

Finalmente, merece nuestro elogio el que el gobernador de Jalisco vaya a negociar que los transportistas de alimentos para el consumo interno reciban un subsidio a fin de que no se vean afectados los precios de los productos de la canasta básica.

En síntesis, estas medidas van en la correcta dirección y son un ejemplo de lo que se puede y debe hacer dentro del alcance propio. Esperamos que sirvan de ejemplo para que el gobierno federal ofrezca también medidas que de raíz aseguren que los mexicanos tendremos gasolinas a precios accesibles a nuestro ingreso, incrementando al máximo la producción nacional de gasolinas y ampliando la capacidad para evitar la importación.

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