Estaba la muerte un día
Leyéndose una Gaceta
Fijó sus cuencos vacíos
En los nombres de unos necios.
Se rascó entonces el coco,
Y se dijo para sí misma:
—A éstos que se hacen los locos,
Yo les hago su maldía:
Me los llevo ya al panteón,
Y les meto su buen “susto”
Para que sepan que sí,
Que ha llegado su Pelona,
Que calva y bien lustrada
Es también muy ilustrada
Y que si no les queda bien
Se los llevará la tiznada,
Porque huesuda y tilica
Ya me sé todos sus nombres
Y se los digo bien
Para que sepan que no soy callada:
José Luis, Alberto, Víctor, Abraham,
Wendy, Julio, Karina, Laura, Martha Eva,
Diana, Miriam, Chema y Jorge Alberto;
A todos los conozco bien
Y se los llevó la chingada.