Bullyng y adicciones son dos problemas, a mi parecer –aclaro, no soy investigador ni especialista– presentes en los planteles educativos. Todo es leyenda urbana de quien consume o quien golpea, pero nadie dice nada por temor, miedo.
Campañas van, vienen, iniciativas, encuestas, sin embargo, quienes lo hacen son personas que necesitan atención, ya que traen problemas arrastrando. No he visto mucho La rosa de Guadalupe, por si alguien lo pensó, pero recordemos que somos reflejo de nuestras experiencias vividas en casa.
Desde los espacios de educación observamos cómo el poder se ejerce, pero destruye la autoestima y confianza de los violentados. Mientras que por las adicciones, la falta de afecto, de formas interesantes para canalizar la energía y sentirse vivos están ausentes.
