Bloqueo imperialista

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    Recientemente hemos tenido una baja por demás significativa, la de Fidel Castro, no solamente por las aportaciones de su liderazgo, sino también por el ejemplo que representó para el mundo el modelo de desarrollo que ha sido fortalecido por su equipo de trabajo, y que nos ha servido para referenciar las “bondades” que la competencia capitalista contrapone. Así, es irreverente que se le culpe de todas y cada una de las debilidades imperantes en su terruño. Los que así lo hacen, no reflejan otras cosas sino las miserias de sus propias carencias.

    Que diferente ambiente hubiera habido si, desde el principio, ese lugar no hubiese sido aislado miserablemente por el irracional bloqueo capitalista. Como decimos los mexicanos “otro gallo nos cantaría”. Cotidianamente, nuestra cultura popular también nos recuerda “el miedo no anda en burro”. Y, ellos, están aterrados porque ese pueblo sojuzgado es un pueblo muy digno e inteligente cuyas aportaciones y potencial científico ha representado una real competencia que minimizaría sus inconmensurables ganancias.

    Basta de infantilismos políticos, como los deseos recientemente expresados por el “anticristo” que, obviamente defiende “la cruz de su parroquia”. Ya es tiempo para demostrar que somos mayores de edad, y que nuestro desarrollo global no podrá detenerse por ningún muro.

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