Bienvenidos de nuevo, desempolven los pupitres, limpien los pintarrones, abran las puertas de los salones, que miles de estudiantes están de vuelta en el ruedo. Los pasillos llenos de murmullos, la biblioteca vaciándose de libros, el pasto repleto de estudiantes que esperan la próxima hora, las cafeterías recuperando su economía y el frío de la mañana esparciéndose entre miles de exhalaciones de mentes jóvenes sedientas de conocimiento… o cotorreo.
Comienza la eterna peregrinación del estudiante, no importa la clase social todos sufriremos de nuevo con los energúmenos del 380, 368, 622, 45, 320 A, ya sea desde el automóvil o sobre los ya mencionados camioncitos.
Pero no todo es pesar, estrés, mal humor, cambio de clase, retardos, faltas, etc. El regreso a clases también conlleva la eterna promesa del “Este semestre sí le echaré ganas”, asimismo conlleva nuevas amistades, nuevos profesores, nuevo conocimiento, nuevas oportunidades.
Para los recién ingresados a preparatoria, la emoción de dejar la secundaria y con ella, el último rastro de pubertad, de entrar a la adolescencia, de entrar a una de las etapas mas hermosas de la vida, la etapa que recordarán con nostalgia cuando estén en la universidad y se les apile de tarea el escritorio.
Y para los ingresados a la universidad, bienvenidos a este cambio tan radical, que cambiara todo concepto que tuviesen de lo que se le llamaba “estudiar”. Bienvenidos a formar parte activa de la pequeña comunidad de “Jóvenes Universitarios”, razón por la cual deben de sentirse orgullosos. Así que a encarar con una sonrisa, este ciclo 2010 A. Que en menos de lo pensado terminará.
