Bajo la mirada de Julia

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La muerte de Sara despierta numerosas dudas en Julia. Las pistas apuntan a un suicidio, pero no la convencen. Develar el misterio que rodea el fallecimiento de su hermana gemela se ha convertido en una obsesión. El principal obstáculo a vencer es una enfermedad degenerativa que apaga sus ojos de manera paulatina. Tiene poco tiempo para descubrir a un posible asesino. No quiere quedar ciega, pero es precisamente cuando tiene los ojos vendados, después de un trasplante de córneas, que ella conoce a un supuesto cuidador del hospital, un hombre gris. Sólo los ciegos perciben su presencia. En él está la clave de la muerte de Sara.
Los cien minutos de tensión que vive Julia, nacieron a raíz de una simple imagen acariciada en la mente del director catalán Guillem Morales: la de una mujer con una venda en los ojos. Se los habían operado. Ella no podía destapárselos, porque corría el riesgo de quedar ciega. “De alguna manera intuía que esa mujer veía las cosas más claras que nunca al tener cubiertos los ojos. Era sólo una idea, pero sabía que detrás había una buena historia que contar”, comentó el director.
Los ojos de Julia es el segundo largometraje dirigido por Guillem Morales. La película El habitante incierto (2005), presentada en el festival de Sitges, le mereció una nominación a los premios Goya, dentro de la categoría de mejor director novel.
La historia de una mujer que sufre un trasplante de córnea y vive experiencias aterradoras, no es nueva en el cine. La idea ya había sido explotada, entre otros, por los hermanos gemelos Oxide Pang y Danny Pang (nacidos en Hong Kong), directores del filme El ojo (Gin gwai, 2002). La protagonista Lee Sin-Je (Mann), después de un trasplante de córneas es capaz de ver espíritus de personas que acaban de morir y sombras que se llevan a los difuntos. Además tiene pesadillas y alucinaciones, durante las cuales su entorno físico se transforma en otro lugar. Mann vive con miedo.
La diferencia principal entre los Ojos de Julia y El ojo, estriba en que el director y guionista español muestra que los vivos pueden ser igual de atemorizantes que los fantasmas y que el sentido de la vista muchas veces se nubla ante la realidad. Es necesaria la oscuridad para percibir a los otros con más claridad.
En ambas cintas las protagonistas quedan ciegas. Es tan aterrador lo que Mann ve, que se conforma con su ceguera y es tan intenso el deseo de Julia (Belén Rueda) de escapar con vida del peligro, que prefiere correr el riesgo de no ver.
Los espectadores perciben la realidad a través de los ojos de Julia. Llegan a experimentar los mismos miedos y ansiedades que la protagonista. Eso pudo lograrse mediante un adecuado manejo de luces y sombras, un buen cuidado de la fotografía y un excelente trabajo actoral.
Mostrar demasiado pronto al asesino fue para muchos críticos un error del cineasta Guillem Morales, ya que, aseguran, resta dosis de misterio al largometraje. El director muestra en su filme la silueta o diferentes partes del cuerpo del culpable, el rostro es enfocado hasta la última parte. Este recurso no busca aliviar a los espectadores, ni tampoco hacer la historia de Julia aburrida. Ellos se dan cuenta de que el supuesto cuidador de Julia es el asesino o al menos sospechan que puede serlo, pero ignoran cuál será el final. Desconocen si saldrá viva del peligro que enfrenta, si recuperará la vista o quedará ciega de manera irreversible. Las dudas y los riesgos que encara la protagonista los motiva a permanecer pegados en sus asientos.
La película dirigida por Guillem Morales no puede encajonarse en un solo género, ya que es una historia de amor y comparte características con el thriller.
El cineasta Guillermo del Toro definió Los ojos de Julia como una “perversa e ingeniosa mezcla entre la tesis borgiana, el thriller hitchcokiano y el giallo italiano”.

Historia del filme
Guillem Morales empezó a escribir la historia de Los ojos de Julia en abril de 2007. Él y Oriol Paulo redactaron hasta 14 versiones de la misma. El largometraje fue producido por Joaquín Padró, Guillermo del Toro y Mar Targarona. El rodaje comenzó el 2 de octubre de 2009 y duró 10 semanas. Fue cofinanciada por Focus Features Internacional (filial de Universal Picture), Antena 3 Films, Mes Films y Televisión de Cataluña. La película se rodó en locaciones de Tarragona y Barcelona y contó con un presupuesto de 5.1 millones de euros, más otro millón de euros para el lanzamiento.
Guillem Morales conoció a Belén Rueda, que caracterizó a Laura, en El orfanato, a principios de 2009. El director quedó impresionado con la personalidad de la actriz. Cuando ella terminó de leer el guión y levantó la mirada, el director supo que esos ojos eran los de Julia.
Para que Rueda pudiera interpretar a Julia en las diferentes fases de su enfermedad y lograra fingir la torpeza de una persona que empieza a quedarse ciega, tuvo que colocarse cuatro gafas con diversos grados de defectos visuales. Antes de la filmación de una escena, tenía que usar la que correspondía. Además, compartió experiencias con Lluis Homar (esposo de Julia), quien interpretó a un invidente en Los abrazos rotos, de Pedro Almodóvar. En el elenco también participaron Francesc Orella, Joan Dalmau, Julia Gutiérrez Caba, Boris Ruiz y Pau Darqui.

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