Bailar Apantalla entra al Diana

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El Festival Internacional de Danza y Medios Electrónicos Bailar Apantalla llega a su quinta edición fortalecido, con nuevos aliados y nuevos espacios, entre ellos el Teatro Diana, que contribuyen a llevar a buen puerto el objetivo de atraer nuevas audiencias para la disciplina.

Esta quinta edición llegará a su punto álgido entre el 16 y el 20 de febrero, cuando tendrán lugar las exhibiciones públicas de danza y sus cruces con otros ejercicios creativos, pero el festival comienza a desgranar sus actividades preparatorias a lo largo de esta semana. Desde hoy y hasta el viernes 22, los artistas de medios audiovisuales y danza Gustavo Domínguez, Haydé Lachino, Alfredo Salomón y Evoé Sotelo estarán impartiendo talleres para grupos universitarios del ITESM y el ITESO que derivarán en piezas de videodanza que habrán de presentarse y ser calificadas por el público el próximo mes.

Claudia Herrera, quien dirige Crisol Dance y desarrolla el festival en colaboración con Cultura UdeG, enumera las características que hablan del ensanchamiento de Bailar Apantalla: la participación de los jóvenes de universidades como Tec de Monterrey, ITESO y UP —esta última presentará el acto “Destreza” durante el encuentro—, la oferta de conferencias y workshops dirigidos por expertos mexicanos y del extranjero, la oportunidad que Bailar Apantalla entrega a los ejecutantes de obtener becas para residencias artísticas fuera de México y, definitivamente, la entrada al Teatro Diana, un espacio que permitirá dar cabida a una mayor audiencia que demanda este tipo de espectáculos.
“El año pasado tuvimos la desgracia y la suerte de que mucha gente se quedó fuera, entonces, el Teatro Diana puede tener el cupo suficiente”, destaca Herrera.

Hasta ahora, agrega, Bailar Apantalla había permanecido en espacios de calle o en foros alternativos como Laboratorio de Arte Variedades (Larva) dadas las características del arte que promueve, una disciplina a medio camino entre la danza y la experimentación con medios electrónicos, la tecnología, el video, la multimedia; en definitiva, un producto derivado novedoso y plural que encaja bien con sitios no formales. El Teatro Diana, no obstante, permite recibir a nuevos interesados y ampliar los atributos técnicos de estos formatos escénicos.

“Estamos identificando públicos, porque se ha dado más a estudiantes y gente que está en diversas artes, pero ahora tenemos públicos que se han visto interesados por estas fusiones entre danza y tecnología”, reconoce Herrera.

En Bailar Apantalla se cruzan los géneros. En la inauguración del 16 de febrero se presenta, por ejemplo, el acto “Tenamiquiliztli: reencuentro con las sonoridades profundas”, una pieza compartida entre Crisol Dance y Tlexicco del compositor y musicólogo mexicano Gabriel Pareyón, donde lenguas e instrumentos indígenas de México toman un papel central. Tendrán cabida también piezas como “Sueños” de la cantautora Jaramar o como “Seis”, Hikuri Dance, donde se fusionan los formatos más actuales de la disciplina con música veracruzana.

“Tenemos una participación fuerte tanto Crisol Dance, la asociación que estoy liderando, y Cultura UdeG. Hemos estado trabajando de la mano desde años atrás porque nos han identificado las estéticas y los conceptos que hemos estado abordando”, señala Herrera.

“(En Cultura UdeG) les ha llamado mucho la atención la manera en cómo hemos estado haciendo las cosas, esta versatilidad de géneros en la misma danza”.

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